QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 68

Se metió en el cuarto de baño. En el espejo había una pintada en rojo: «¡Huelga!». Y al subir la tapa del inodoro, descubrió otra escrita en el interior: «¡Caca!». Orinó a la velocidad del rayo y todavía sin acabar de soltar la última gota salió a la carrera con el alma en vilo, el corazón encogido y la mente a cuadros. Su madre estaba en la terraza. No hacía gimnasia. Tomaba el sol en biquini. Un biquini ajustadísimo, de color verde botella brillante. —¿Mamá? —dijo completamente paralizado. —¡Ah, hola! —ella ni se movió, como si por hacerlo fuera a quedarse sin algún rayo solar. —Mamá —repitió casi bloqueado. —Me estás gastando el nombre, cielo. —¿Qué… haces? —¡Huy, qué pregunta! ¿No lo ves? Tomar el sol tan ricamente —suspiró con profundidad y soltó un reivindicativo—: ¡Lo que me he perdido estos años! Felipe temía hacer la gran pregunta, sobre todo después de ver aquellos carteles pegados a las paredes. —Es que… hoy es… sábado —tartamudeó.