QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 61
no sufrir pesadillas a causa de un estómago repleto. Ah,
y comer sano, siempre sano.
Las nueve y veinte y no le habían llamado para
cenar.
Dejó el libro y asomó la cabeza al pasillo.
Aguzó el oído.
¿Seguiría su padre jugando como un loco?
Se armó de valor y fue al salón.
No, su padre ya no jugaba. Él y su madre estaban
viendo una peli en la tele, tan ricamente. Debía de ser
divertida porque se reían como bobos, muy juntitos,
abrazados en el sofá como una pareja de novios.
Y a ambos lados tenían sendos platos vacíos.
Ellos sí habían cenado.
¡Bocadillos! ¡Nada de comida sana y-en-la-mesa!
Cada vez le costaba más digerir todo aquello, así
que volvió a vacilar. Pero tenía hambre. Mucha
hambre. Por lo tanto se acercó a su madre y…
—Mamá.
—Ahora no, Felipe, que está muy interesante.
Espérate a que pongan los anuncios.
—Pero…