QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 59

o llegó muy tarde, y por si acaso, fue a darle un beso a su madre, que ya estaba en casa. —Hola, mamá. —Hola, cariño, ¿lo has pasado bien? —Sí. —Me alegro. Eso fue todo. Creía que su padre habría acabado con la consola pero se equivocó. A un par de pasos del salón, oyó ya sus comentarios y suspiros: —¡Ya, ya…! ¡Un millón y cuarto, sí, bien! Se asomó por la puerta. Su padre estaba desencajado, rojo, con los ojos fuera de las órbitas. Disfrutando como un niño, eso sí. —Mamá, ¿has visto a papá? —Sí, como un crío, ¿verdad? —¿No estará enfermo? —Qué va, es que le ha cogido el tranquillo a eso. ¡Ya puedes despedirte de la consola! Y se echó a reír alegremente. Fue de vuelta a su habitación, al libro. Se sentía hundido, sin ganas de nada, aunque reconocía que la N