QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 38

legó a su casa a una hora más que decente, con la camiseta rota, la rodilla pelada y su orgullo pisoteado. La rodilla era una herida «de guerra». Lo otro no. Su querida camiseta. Su honor. —A ver qué pasa ahora —puso cara de circunstancias. Esperaba tropezarse con el sargento de guardia, o sea, su madre en plan inspector general. Pero nada más abrir la puerta con lo que se encontró fue con el silencio. ¿Y si todavía estaba con lo de la gimnasia? —¿Mamá? Nada. Lo comprobó. Terraza, galería, comedor, salón, cocina, el cuarto de baño, habitaciones… Casi la hora de comer y no estaba en casa. Increíble. Fue a su cuarto, se quitó la camiseta y contempló el roto. Su madre tendría que esmerarse para dejarla bien y que no se notara. Porque comprarle otra… entre los suspensos y lo que costaban… No supo si volver a llevarla al la vadero o ponerla a la vista para que ella L