QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 153

staba agotado. Pero en el fondo se sentía feliz. Tampoco era como haber firmado un pacto con el diablo. Qué caramba, los padres siempre eran bastante flexibles y daban margen. Lo único que tenía que hacer era no volver a tensar tanto la cuerda que les empujara al enfado o… a una nueva huelga. Después de comer les pidió permiso para ir al parque y le dijeron que sí. Primero estuvo a punto de bajar por las escaleras al trote, como siempre, pero justo antes del primer salto recordó el punto en el que se especificaba eso en los acuerdos recién pactados. Así que bajó peldaño a peldaño. Se encontró, una vez más, a su vecina pegada a la pared, temiendo su descenso vertiginoso, y él, caminando tan tranquilo, le sonrió y le dijo: —Buenas tardes, señora Elvira. La dejó a cuadros. —Bue… bue… buenas tardes, F-F-Felipe — respondió la mujer sin podérselo creer. También pasó por delante de Federico, el conserje, E