QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 144

acritud—. Más bien soy de los que reciben. —Lo de los pedos… —Prometo aguantarme o irme corriendo al cuarto de baño… si es que llego. —Vale, aceptado. Los miraba y parecía que se lo estuvieran pasando en grande. A veces incluso era como si contuvieran sus ganas de reír. ¿Quién era capaz de entenderlos? —Lo de comer a mis horas, vale. Lo de no hartarme de chucherías a escondidas, vale. Lo de llevar la ropa sucia a la lavadora, vale. Lo de sacar los zapatos fuera, vale. Lo de colgar la cazadora y la mochila, vale. Lo de los dientes… ¡Es que a veces no me acuerdo! —Te lo recordaremos —dijo ella. —Aunque cuando lo hagamos, no queremos ni un «pero» de los tuyos ni ninguna excusa tipo «más tarde» o «cuando me acueste» —dijo él. —Bueno —concedió Felipe. —Sigue. Vamos bien. Siguió mirando la lista. Llegaban los puntos