QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 126
or lo menos sus padres llegaron pronto. O lo de la
cena era mentira o habían aligerado. Le pillaron
leyendo en su habitación, como un buen chico.
Cuando se asomaron por la puerta, porque no les oyó
abrir la del piso —señal de que, pese a todo, lo
hicieron muy silenciosamente para ver si le pescaban
haciendo algo malo—, los dos parecían las personas
más felices del universo.
Incluso daban la impresión de haber rejuvenecido.
Su madre estaba guapísima, y su padre, cachas.
—Hola, ¿qué lees? —le preguntó él.
Deseaba saltar de la cama y empezar la
negociación cuanto antes, pero no quiso que creyeran
que estaba desesperado.
—Una novela —respondió con calma. Y agregó—:
La segunda de hoy.
Esperaba un gesto de sorpresa por parte de su
padre, pero ni eso.
—¿Es buena?
—Sí.
—¿Querías hablarnos de algo… urgente? —
manifestó su madre así como de pasada.
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