QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 120

legó a casa y, lo mismo que el día anterior, no había nadie. Y tampoco una nota. La vida no solo empezaba a ser pesada, sino aburrida. Por si acaso las negociaciones eran largas y lentas, comenzó a poner de su parte. Habitación, ropa, lavadora… Aunque, ¿cómo iba a «negociar», si ellos ya no estaban nunca en casa? No tenía ni idea de cómo poner una lavadora, pero ¡oh, casualidad!, el libro de instrucciones se hallaba justamente al lado. Se sintió tentado de probarlo. Pero al final desistió. Eso eran palabras mayores. Si la rompía, o si provocaba una inundación y subía la vecina de abajo, que bastante mosca estaba con él… A la hora de comer se preparó la comida. Otra vez lo mismo, porque era lo más fácil: sopa y carne descongelada. Acabaría odiando ambas cosas como siguiera así, porque encima no le quedaba igual que a su madre. El sabor, sobre todo, era distinto. ¿Cómo lo lograba ella? ¿Experiencia? Después de comer bajó al parque, pero no había nadie. Imaginó a todos los niños y niñas negociando ya L