QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 113
a asamblea del parque terminó y los atribulados
asistentes se marcharon en todas direcciones. Unos
a casa, otros se quedaron por allí formando grupos.
Felipe y Ángel se apartaron y se ocultaron detrás de
unos matorrales.
Por lo menos nadie les había echado las culpas.
—Menudo marrón.
—Y que lo digas.
—Si es que la vida te da cada susto…
No querían ponerse filosóficos, ni fatalistas, pero
cuanto más pensaban en el asunto más les caía la moral
a plomo. Se sentaron en el suelo en silencio y a los
pocos segundos apareció Laureano, el jardinero.
Era un buen tipo, afable y cariñoso, bonachón y
simpático. Otros jardineros creían que el parque era
suyo y les soltaban gritos a la más mínima, como si
cada piedra tuviera que quedarse donde estaba y cada
matorral tuviese que conservar todas sus hojas y no
caer ni en otoño. Puras furias. Laureano no. Vivía y
dejaba vivir.
Y eso que adoraba el parque, la naturaleza, los
árboles. Por algo era el jardinero.
L