Querido amigo
Recuerdo que cuando era tan solo un niño, me preguntaban sobre mis amigos y yo nombraba a todos y cada uno de mis compañeros de clase con una sonrisa de oreja a oreja, orgulloso de tener tantos amigos. La inocencia, que vamos perdiendo a lo largo de los años, nos hacía tan felices y es el saber lo que nos hace cada vez más desconfiados. Recuerdo que deseaba acabar los últimos días de mi vida rodeado de todos mis amigos y desconocía que con el paso del tiempo tan solo me gustaría tener a mi lado a quien realmente se lo merece.
Los amigos son como los pilares de un gran techo, son como esa conciencia que a veces no escuchamos, los amigos son como tú mismo en otro cuerpo.
Aunque recuerda caminar con mucho cuidado ya que a veces los amigos no son tus amigos.
Una vez me preguntaron sobre como sabía cuándo alguien era realmente mi amigo, en un principio no sabía que responder, pero en seguida dije: “no lo sabes, lo sientes”.
¿Qué sientes? Ganas de que esa tarde juntos no acabe, sientes confianza, sientes que puedes ser tú mismo, sientes libertad.