Por Dagoberto Javier Tortolero Santillana
12 QUE BONITO ES MANZANILLO
Como dijo mi maestra del diplomado de Historia Moderna y Contemporánea de México: ¿quién de nosotros no creció, escuchó o participó de la celebración escolar y reconocimiento cívico de uno de nuestros personajes-héroe más reconocidos de la historia de México: don Benito Juárez?. Ya que ha estado en los libros de historia desde 1894 (Elementos de Historia Patria de Justo Sierra) hasta la fecha, con el tiempo se fue cultivando su mito. Posterior al comentario hacemos la pregunta: ¿Qué no se ha dicho de don Benito Juárez en los libros de historia?
Yo respondí y respondo: guarda para mí una importancia toral intentar analizar objetivamente y ubicando en su contexto histórico a Don Benito Pablo Juárez García, ya que junto a Don José María Teclo Morelos y Pavón, representan en mi opinión, la decisión, superación y triunfo sobre los retos y adversidades que su tiempo les puso en el camino, utilizando las “herramientas” que pudieron y supieron encontrar.
Y que más allá de su humano actuar, se ganan el calificativo de héroe, en el sentido real de la palabra y no como un “culto a la personalidad” o como encarnación del “ideal heroico ritualista”; ya que el calificativo de héroe describe a una persona común en su entorno que ante situaciones inesperadas, por decisiones y acciones que toman, logran distinguirse de las personas que los rodean y que viven similares situaciones. Ignoro si en estas palabras me aflora el sentido ritual y de alabanza inculcado durante mi infancia, pero me tranquiliza encontrar opiniones diversas sobre Juárez que van desde la sublimación (liberal de finales del XIX y principios del siglo XX) hasta el encono exacerbado (conservador y clerical de la primera mitad del siglo XX), por lo que no estoy solo en esta consideración que llamo mía. Lo que no se ha dicho de don Benito Juárez en los libros de historia (supongo que los libros oficiales), es que fue un hombre que desarrolló una carrera política aún antes de terminar sus estudios de leyes, que se condujo en las cúpulas del poder, con similar conducta a todo el resto de personas en esas cúpulas; por su continuo y prolongado contacto con el poder, fue tentado como todos sus contemporáneos, e igualmente cayó en el abuso del mismo; que no dudó en emplearse a fondo cuando lo consideró necesario, aun cuando se trataba de sus amigos y compañeros de lucha.
En fin, que no es “Juárez el Impasible” es, “Juárez el estadista, el político, el autor en compañía de sus compañeros de las leyes de reforma”; autor, en compañía de su gabinete de un tratado (McLane-Ocampo) que fuera de contexto (como lo utilizan sus detractores), representa casi una traición, aunque técnicamente legal y que por cálculo de ellos o por suerte, no se ratificó en el Senado Norteamericano (mientras Juárez y su gobierno o sea todos ellos, se beneficiaron del tratado); con relación a las elecciones durante la República Restaurada, ninguno de los tres en discordia(Juárez, Lerdo y Díaz) eran unos santos, claro tampoco villanos por completo, eran simplemente hombres de poder que creían tener el derecho de ser Presidente de México. Por lo que yo nunca caería en el juego de calificar a Benito Juárez de traidor porque tendría que extender el calificativo a todos los liberales que lo apoyaban y secundaban en la guerra contra el Imperio. Que también parecería influenciado por los escritores que con el supuesto de desmitificar a Benito Pablo Juárez García, se van al otro extremo.
Por todo lo anterior y en mi opinión siendo justo, después de las sumas y restas del análisis de Benito Pablo Juárez García y su contexto, concluyo que es uno de los más grandes HEROES de la historia de MÉXICO.