QUE BONITO ES MANZANILLO NUMERO 22 | Page 12

Los Dichos

de los Viejitos,

Son Evangelios Chiquitos

Por: Dagoberto Javier Tortolero Santillana

Transcurría media mañana, el sol parecía estar venciendo a la brisa que obstinadamente intentaba luchar contra el bochorno, los intentos se presentaban en pequeñas ráfagas que apenas y lograba hacerse notar en las frentes sudorosas y acaloradas de los dos viejitos. En esa ocasión conversaban animadamente en un diálogo que parecía un concurso de debate, sin pausa hablaba uno y el otro, correteándose los comentarios.

Pos si don Chón, eso del petróleo está para revisar los puntos sobre las íes, despacio que llevo prisa.

Sip también yo pienso lo mismo, momento que soy Lento - responde don Chón- Los dimes y diretes de los partidos con sus golpes bajos están calientitos. El comal le dijo a la olla; y es que, sepa Dios los acuerdos en lo oscurito que hicieron algunos para lanzar la idea y apoyarla y… ¿con quién?; a pesar de que están matando o cuando menos lastimando a la gallina de los huevos de oro.

¿Usted cree?, porque, cría fama y échate a dormir, pueque esta vez, algunos pequen de ilusos- dijo don Cipriano- ¿no cree usted?

¡Ilusos mis… mis polainas!, y eso que uso huaraches; no mi amigo, cierto es de que el que da lo que tiene… a pedir se atiene, pero no olvide que dos agujas no se pican.

Ta´güeno don Chón, pero como que la intención del gobierno y de los líderes sindicales fuera repartir con empresarios particulares nacionales y sobre todo extranjeros que son los de la lana, el mismo pastel, y pos serían tajadas más chicas, ¿Qué, no?

Pues no lo creo así don Cipriano, yo más bien creo que como ahora se necesita tecnología para extraer el petróleo en zonas marítimas más profundas, pos ahora sí que se agarraron los dedos con la puerta, lo que no se invirtió en tecnología y se dejó morir con poco mantenimiento y casi ningún programa de obsolescencia en infraestructura, técnicos e ingenieros capacitados; ahora es de donde cojean y de aquellos polvos vienen estos lodos.

¡Ah que don Chón!, ya me resultó picudo, a otro perro con ese hueso, mi pipiripau.

¿Pos que se trae don Cipriano?

No finja demencia, pos a eso de obsole… este, y todo ese rollo que, bueno, supongo que no lo aprendió en el silabario, ¿Qué, no?

¿Oh que…? mi amigo don Cipriano, pos con eso de que, no hay pillo que no sea simpático, y que ahora resulta que ganan los caritas y actores, pos tenemos que prepararnos mejor, para no achicopalarse ni creer en mitotes, por eso le digo que entre más conozco a “mi gente”, más quiero a mi perro.

Si, a estas alturas ya sabemos que todo camino tiene su charco –dijo don Cipriano un poco pensativo

Bájele… bájele, viejo el viento y de que sopla, sopla, y no solo lo despeina, mi amigo.

¡Ah que sentidito me resultó don Chón! Si parece olla de Tonalá, me refiero que ya no nos cocemos al primer hervor, a ver ¿desniéguemelo?

Si, viejito, ya entendí – respondió don Chón muy puesto en la conversación- y retomando lo del petróleo, como decían cuando usted era joven y yo un chicuelo, Cárdenas expropió el petróleo. Y lo que es peor, aún lo siguen diciendo. Sobre todo la historia oficial.

Si, la verdad se abrió camino en su boca don Chon por eso los dientes brillan por su ausencia, desde la promulgación de nuestra Constitución de 1917, ya se había aclarado eso de que a quién le pertenecía el petróleo.

¡Clarines mi estimado!- casi gritó don Chón- el suelo, el subsuelo y lo que haya en ellos, ¡son propiedad de los mexicanos! Así quedo por escrito en la Constitución.

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