Había una vez... “MOROÑA”
Por: Rosario Iglesias
(para alguien a quien le gusta el nombre de Nicanor)
En un lugar no muy remoto, ni con bosques mágicos, ni con sonidos celestiales, era un lugar común y corriente...los ruidos eran de la modernidad que trae consigo la comodidad de los autos, el sonido de las fábricas y de los aires acondicionados, las calles de empedrado o de asfalto, hacían muy peculiar su angostura arbolada... era un lugar moderno pero con un hálito de reticencia a los drásticos cambios que penden sobre la geografía de tan linda ciudad.
Bueno, pues allí había un personaje... se tambaleaba entre el mundo de la bohemia recalcitrada y una intelectualidad que nutría a base de lecturas y pláticas de café y de bar, y de los recuerdos de una espectacular vida de trabajo y viajes, ocurría casi siempre al barecito que estaba en la esquina, cerca de su casa en la parte mas alejada del pueblo, a cuyo dueño conocía y él era bien tratado allí... entre cánticos y ocurrencias veía pasar sus días, ¡le gustaba eso!
"Moroña" era igual que todas las perras, ladraba igual, corría igual, movía la cola igual... pero a la vez no se parecía a ninguna... tenía en su mirada un aire de nostalgia perruna que a nuestro bohemio le gustó e inmediatamente, se arrimó a la perrita sin temor, acariciándole la cabeza... ante lo sorprendente del gesto, el animal no reaccionó de acuerdo a su instinto y se solazó con la caricia, cerró sus ojitos y dejó salir el rescoldo de tormenta que tenía guardado para alguna ocasión especial...
Se generó un vínculo tan fuerte para la Can-a que cada que veía pasar a Nicanor (así se llama el personaje bohemio) se quedaba quieta, en espera de la caricia y la palabra, terminó moroña por no retozar en el campo como acostumbraba, para esperar pacientemente, a un lado de la puerta del bar, la llegada de esa caricia, de esa plática que la hacía sentirse especial!... no le gruñía, no le ladraba, morderle, ¡ni pensarlo! siempre hacía sus mejores "suertes" para agradar a Nicanor. De repente, las cosas cambiaron en el azul cielo de moroña y nubes negras apuntaban a poner en peligro aquel binomio Perro-hombre, Nicanor dejó de frecuentar ese bar…ahora, sus visitas eran muy esporádicas.
4 QUE BONITO ES MANZANILLO / JUNIO 12, 2014
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