Esto ha llevado a la pequeña a concluir que día, a día se logran los objetivos, si solo somos constantes, cada vez hay menos educación porque no valoramos la riqueza que tenemos en nuestras etnias, no practicamos valores por eso no hay ese habito adquirido. Luego agrego como herramienta importante la comunicación, los malos o buenos hábitos no solo se refiere a acciones físicas, como comer, dormir o actividades en general, se dan en términos psicológicos; recuerdo que estando en segundo de primaria (en el siglo pasado), nos dijo la maestra, espero que no tengan el mal habito de mentir y seguidamente pregunto ¿hay alguien que no se baño hoy? De allí que tal vez en algunos de esa generación, inicio ese mal habito, ante el eminente peligro de ser sancionado. Ya que nos estamos refiriendo a hábitos de orden psicológico, un profesional de esta área, contemporáneo por cierto, mencionaba, que estas costumbres o rutinas al ser tan continuamente usadas, nos llegan a moldear físicamente, y se hacen tan imprescindibles en la persona en mención, que forman parte de ella, algo tan normal como respirar. Y como es de imaginar, la gran mayoría de veces no nos percatamos el ritmo de nuestra respiración, hasta que por alguna motivación especial lo hacemos. Si descubrimos que algo debe de cambiar en nuestras costumbres, pudiera parecer difícil evitarlo, porque es algo que se ha enraizado, solo habríamos que tomar el toro por las astas y como la simpática y ejemplar niña Natalia López, hacer uso de la constancia, una y otra vez, y otra vez hasta que se domine un habito por otro, como arriba poníamos la reflexión del famoso autor del bestseller “ El vendedor más grande del mundo”. Og Mandino. La niña exponente mencionaba los Índices elevados de delincuencia y corrupción que existen y que ha llevado a tener cada vez menos educación; se ha perdido el respeto a nuestros vecinos, a nuestro país, porque no estamos practicando valores, día a día, hemos dejado de practicar valores y se nos llevado a olvidar hacer buenas acciones; los adultos se pierden en el stress y dan demasiada importancia a los valores materiales.
Sugería un programa fuerte y urgente de rescate a los valores; practicar comunicación, tolerancia, lealtad, honestidad, día con día, en la escuela, en el trabajo en la familia, en los parques en todos lados y a toda hora La constancia transformara a los adultos, consiguiendo al fin ser respetuosos, puntuales cordiales organizados y productivos, llevando a aumentar las ganancias en el sector laborar y productivo. Niños que alcancen a tener disciplina, cuidado, colaboración, ayuda, esfuerzo, resistencia, que desembocaría a permitir elevar el nivel educativo Algo que recalco, el respeto a los sectores vulnerables de la población, a los niños, ancianos, personas con capacidades diferentes. Que el respeto se hiciera una tradición, los actos presidenciales y acuerdos se harían pensando en los derechos del prójimo y prevalecería la honestidad. Estos aspectos vertidos por una carismática y enérgica niña, como motivación para nosotros los mexicanos, nos hace retomar la esperanza y optimismo de que si es posible hacer un cambio de hábitos, que ´por décadas solo nos sirvió para retroceder a pasos agigantados, nuestra condición humana.
Gracias apreciados lectores por haberme permitido tener este encuentro con ustedes.
Hasta pronto.
otros videso de la niña Natalia López López "El dinero no lo es todo", Natalia Lizeth López en Al Punto
http://www.youtube.com/watch?v=Ejj_QNZz2n4
QUE BONITO ES MANZANILLO 15
Nuevos hábitos, con carácter de “urgente”
Por Diana Ardiles