En una rápida revisión del significado de hábito, hallé que es la facilidad que se adquiere por larga y constante práctica en un mismo ejercicio, según la Real Academia de la Lengua Mexicana. El filosofo estadounidense, fundador de la psicología funcional, William James, expresaba: “El hábito es el enorme volante de inercia que mueve a la sociedad, su más valioso agente de conservación”; Og Mandino: “Solo un hábito puede dominar otro hábito” o la frase de San Agustín: “El hábito, si no se resiste, al poco tiempo se vuelve una necesidad”, Nicanor Parra, “La muerte es un hábito colectivo”, y ya para finalizar estas frases motivaciones , dejamos este: “El hábito es al principio ligero como una tela de araña, pero bien pronto se convierte en un sólido cable”. Proverbio hebreo.
Este preámbulo, apreciado lector, resultado de que me dejaron en extremo motivada, las palabras de Natalia López López, la niña que ha sido un boom, en los últimas semanas por el internet, sobre lo que expuso ante un gran auditorio, dentro de un certamen de fotografía, en Nuevo León.
Esta pequeña estudiante de primaria, con tanta convicción y en un orden impresionante, enumeró las características de nuestro país; antes que nada, de una gran diversidad de etnias y el orgullo de pertenecer a ellas, resquebrajando el falso concepto de que se es mejor si se es de capitales de estados o de zonas conurbadas. Natalia, relato, sobre las instrucciones de su madre, sencilla vendedora de plantas en el mercado, como lo que le decía a sus clientas “póngale agua a la planta y háblele con amor, para que nazca la flor” , a la niña, le recalcaba “lávate los dientes todas las veces que comas, si quieres que permanezcan blancos”, “ lee treinta minutos diarios y aprenderás muchas cosas, o lo que le decía su maestra “una gota de agua, perfora la roca, no por su fuerza, si no por su constancia.
Por Diana Ardiles
Nuevos hábitos, con carácter de “urgente”