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Por fin! El lunes esperado… temprano la bañó su mamá a jicarazos y se puso su uniforme de gala, la peinó doña Nicha con un pequeño peine “pirámide” que jalaba el pelo hasta las lágrimas… la nena pensaba, “¿porqué será tan necesario peinarse? Puaff! Odiaba eso!!! Y después de tomar su café con pan, a correr otra vez!! Cerro abajo, por la “trastumbada” para llegar pronto al Colegio…
En la formación, por grupos, ella hasta atrás, porque era muy alta. Con angustia, limpiaba sus zapatos llenos del polvo del camino, uno con la calceta del otro pie y viceversa. Al ritmo de “cadetes de la Naval” iniciaba la marcha hacia los lugares indicados por las “madres”, y cuando escuchó “las niñas de cuarto año que van a participar en la ceremonia, entren a la Dirección” apretó el paso tanto, que sentía que las rodillas no se doblaban al caminar. Y así, solo esperó su turno, era cosa de momentos… y repetía en su mente “obrero de mi patria tan querida, alza los ojos sin temor al cielo, y mira aquella nube ennegrecida que pretende sombrear tu vasto suelo…
La llaman al improvisado escenario e inicia, llenando sus pulmones de aire y su pecho de orgullo, levanta la cabeza y sigue con lo que traía en la mente!
Es la nube cargada de injusticia
Formada por la infausta burguesía
La que dice que en todo beneficia
Y está siempre en continua rebeldía
Ha olvidado que toda su riqueza
Es fruto de tu esfuerzo y tus pulmones
Y se empeña en ahondar más tu pobreza
Si realiza sus malas intenciones.
Demuéstrate inconforme y sé valiente
Enfréntate a esos viles transgresores
Que pretenden violar cobardemente
La conquista legal de sus mayores!
Y tras otra serie de versitos, dio las gracias haciendo una graciosa caravana, con la sonrisa franca y los ojos chispeantes de felicidad, se retiró hasta en donde estaban sus compañeras que aún le aplaudían… ella, muy contenta, había declamado como nunca! ¡Obrero de mi patria tan querida! Se le refocilaban aún esas palabras entre sus gorditos labios…
El desenlace… llega la Madre Superiora, iracunda! Rosario, le dice con voz de látigo, ven acá… y sin más, prosigue, vete a tu casa y no vuelvas, hasta que venga tu madre contigo.
Mientras salía de colegio, humillada y dolida, todo me daba vueltas! No encontraba la razón, no me la dijeron…y siempre he sido muy mala para adivinar lo que quieren darme a entender. Hasta mucho tiempo después, comprendí que la rabia de la monja, se debía a que se creía burguesa….
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Que Bonito es Manzanillo