Publyocio Octubre-Noviembre PublyOcio n3 Octubre - Noviembre_ | Page 22

Acceso al punto de inicio: por la M-40 hasta la salida 41 para coger la M-503 en dirección Villanueva de la Cañada. Se toma la M-600 y, posteriormente, la M-510 dirección Navalagamella. Nada más entrar al pueblo, está la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Estrella. Desde la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Estrella –templo que data de los siglos XV y XVI y que tiene una sola nave con planta de salón y bóvedas góticas–, se va por la acera que discurre a su izquierda, junto a la carretera que conduce hacia el pueblo. Se atraviesa el casco urbano hasta llegar a la calle de San Sebastián, por la que hay que seguir hasta encontrar una pista de tierra que arranca a su izquierda y que lleva hasta el Mirador del Hondillo, situado en las antiguas eras del pueblo y desde el que se obtienen unas espectaculares vistas del entorno natural del municipio. Desde el mirador, la ruta continúa girando a la derecha, por una pista en la que está prohibido el paso de vehículos y junto a la que puede verse una señal que indica que el recorrido pasa por una de las muchas vías pecuarias existentes en Navalagamella. Tras dejar a mano derecha un pequeño descansadero al que se regresará en el camino de vuelta de la ruta, aparece otra nueva zona de descanso en la que merece la pena realizar una parada para leer los paneles informativos que hay habilitados. En uno de ellos se explican las principales características de la encina (Quercus ilex), pues la ruta avanza atravesando un espléndido encinar. Este árbol, representativo de los paisajes ibéricos, es muy longevo –existen ejemplares de más de 800 años de edad–, tiene las hojas duras, perennes, brillantes y de color verde oscuro y la copa densa y amplia. Su fruto, la bellota, es comestible. En el término municipal de Navalagamella hay un ejemplar de encina declarado Árbol Singular de la Comunidad de Madrid debido a su curioso porte en forma de seta y a su copa, con un diámetro superior a los 12 m. Otro de los paneles informa sobre las aves de este tipo de bosque, son especies propias de los bosques mediterráneos. Especialmente importantes son las rapaces y, algunas de ellas –como el águila imperial ibérica (Aquila adalberti), el buitre negro (Aegypius monachus) o el búho real (Bubo bubo)– se encuentran seriamente amenazadas. Por este motivo, se incluyó a Navalagamella en la Zona de Especial Protección para las Aves de los Encinares de los ríos Alberche y Cofio –que ocupa una superficie total de más de 83.150 hectáreas También es posible ver ejemplares de paloma torcaz (Columba palumbus), milano negro (Milvus migrans), águila culebrera (Ccaetus gallicus), milano real (Milvus milvus), herrerillo común (Parus caeruleus), urraca (Pica pica), abubilla (Upupa epops), mirlo común (Turdus merula), rabilargo (Cyanopica cyana), pinzón vulgar (Fringilla coelobs), verderón (Carduelos chloris), verdecillo (Serinus serinus), curruca (Sylvia melanocephala) y carbonero común (Parus major). Se sigue andando por la pista principal y, al rato, se llega a una bifurcación y a un antiguo puente sobre un pequeño cauce de agua. En este punto, hay que girar hacia la derecha. La ruta continúa por un camino entre piedras que termina en unos lanchares que hay que cruzar. El itinerario empieza a adentrarse en un bosque de ribera y a acercarse al nacimiento del río Perales. Después de recorrer 235 m más, se pasa junto a una enorme tubería de conducción de aguas que queda a mano izquierda y que forma parte del sistema de conducción de aguas entre los embalses de Picadas y Valmayor, propiedad del Canal de Isabel II. 22 publyOCIO