Psicología, Deporte y Actividad Física. Investigaciones Aplicadas | Page 325

individuo, así entre los antecedentes teóricos más antiguos está la proyección ética de Aristóteles en su obra Política que tiene como centro la relación entre política y educación moral, reconociendo que el ser humano se hace sujeto de virtudes, subyace en su concepción la visión clasista del esclavismo de la época, que sustentó el sometimiento a través de la educación, la época medieval marcó el abordaje de la problemática en consonancia con los estamentos feudales acotando los límites del comportamiento a las normas escolásticas de la iglesia, que objetivamente resultó insostenible ante el desarrollo de las fuerzas productivas de la época que sentó con el capitalismo una concepción modernista del pensamiento burgués se orientó hacia los principios de libertad, de tolerancia y de respeto a la personalidad individual. El desarrollo social y científico ha condicionado que los estudios al respecto abandonen el arraigo clasista para asumir de forma integradora la formación cívica y ciudadana moral como vía que garantice el crecimiento del individuo en el orden espiritual comprometiéndolo con el cumplimiento de normas sociales de regulación que tributen a demostrar su esencia humana y proponiéndose alcanzar la armonía entre los intereses individuales y sociales, lo cual es decisivo con las influencias institucionales desde las más elementales y básicas de la vida comenzando por la familia hasta el estado. Enseñar al ciudadano la manera de conducirse, de comportarse, de comunicarse, de cumplir con los deberes y derechos, en una sociedad políticamente organizada es un componente de la educación cívica a la que inevitablemente en el orden social no se puede renunciar y que cualquier esfera de actuación humana requiere para regular la vida entre las personas, a través de las normas jurídicas y morales, estableciendo los hábitos para la convivencia social y ciudadana estimando la memoria histórica como referente cultural que desde la identidad de los pueblos se convierta en reserva de civismo y aporte al fortalecimiento de los valores que se educan en la sociedad. En la educación ciudadana del individuo intervienen de forma decisiva los sentimientos, los hábitos y los valores arraigados desde la familia, las instituciones y la sociedad que inciden directamente en el comportamiento y la conducta manifiesta en cada escenario de actuación es por ello que la intencionalidad en su tratamiento resulta imprescindible para el logro de resultados que fortalezcan la formación de actitudes positivas ante la vida. La familia como célula básica de la sociedad se convierte en una institución formativa, considerada para muchos autores como la primera institución socializadora a la que inserta el ser humano en las que con mayor educan y forman los valores y la personalidad, es por ello que se convierte en una fuerza poderosa de educación y a la vez la más estable de la sociedad, en el sentido de trascender en el tiempo y a todas las formaciones económicas y sociales. El papel de la familia en la educación ciudadana se manifiesta en la responsabilidad de orientar al individuo en la necesidad de desarrollar la conciencia desde edades tempranas para 317