científica que algunas otras perspectivas en el hecho de que pone énfasis en variables operacionalizadas y
medición empírica de la memoria, la asociación y las expectativas.
Perspectiva conductual
Esta perspectiva ve a la conducta como resultante en la misma manera de la interacción de nuestra dotación
genética y nuestra historia de aprendizaje. De este modo, los conductistas prefieren hablar de conducta
“inadaptada” más que de conducta anormal y evitan asignar a la gente categorías específicas de diagnóstico.
Esta perspectiva ha sido criticada de sobresimplificante y determinista y como un posible medio de coerción
política. Al mismo tiempo, las aproximaciones conductistas a la objetividad y experimentación se han vuelto
una norma en la investigación psicológica, y el conductismo en gran parte ha desestigmatizado la conducta
anormal.
Perspectiva familiar sistemática
De acuerdo a esta perspectiva las causas de la conducta anormal pueden ser encontradas en patrones habituales
de las relaciones, generalmente dentro de la familia. De acuerdo a la teoría de la comunicación, la
psicopatología surge de patrones familiares de comunicación. ambiguos, contradictorios y hostiles. Esta
perspectiva aún tiene que convertirse en una seria y unificada perspectiva psicológica, en parte porque sus
afirmaciones son muy modestas y en parte porque algunos de sus descubrimientos no se han sostenido en
estudios posteriores.
Perspectiva sociocultural
Esta perspectiva sostiene que la raíz de la conducta anormal no recae en la mente sino en la sociedad. Una teoría
es que los males sociales como la pobreza y la discriminación empujan a la gente hacia la Psicopatología. Otra
teoría dice que la clase y la raza de las personas influencia la forma en que sus problemas son diagnosticados y
el tratamiento que reciben. Nadie discute que los factores socioeconómicos y variables culturales pueden
contribuir a las alteraciones psicológicas, pero el grado de que estas sean causas o efectos es debatible.
Particularmente controversial es la teoría de que el sólo hecho de etiquetar sea responsable de la ocurrencia
desproporcionada de Psicopatología entre los pobres.
La diferencia entre la conducta normal y lo anormal
La diferencia entre normal y anormal no es tanto una diferencia entre dos tipos independientes de conducta, sino
más bien una cuestión de grado en que los actos de una persona cumplen un conjunto de criterios acordados de
anormalidad. Gerrig y Zimbardo señalan que es mejor entender al trastorno mental como un continuo que va de
la salud mental a la enfermedad mental.
Debido a que la diferencia entre normal y anormal es relativa y no absoluta, es útil considerar a la salud mental
como un continuo. En un extremo se encuentran las conductas que definen la salud mental óptima; en el otro
extremo están las conductas que definen una mínima salud mental. Entre ellos encontramos incrementos
graduales de conductas desadaptadas.
El proceso salud-enfermedad
Las sociedades primitivas creían que la enfermedad se debía a que los demonios u otras fuerzas espirituales
tomaban posesión y controlaban a la persona. Por su parte, los griegos fueron quienes entendieron a la
enfermedad como un fenómeno natural que surgía como consecuencia de un desequilibrio entre los humores
que circulaban el cuerpo.
Durante la Edad Media la enfermedad era entendida en términos espirituales puesto que se consideraba que la
violación a las leyes divinas desembocaba en la enfermedad mientras que en el Renacimiento la enfermedad fue
concebida nuevamente como un fenómeno natural.
Posteriormente en el siglo XIX se desarrolló la teoría del germen con lo cual las tasas de mortalidad declinaron
sensiblemente y en el siglo siguiente, o sea durante el siglo XX la Organización Mundial de la Salu d definió a la
salud como el completo bienestar físico, mental y social y no simplemente como la ausencia de dolencias o