Próxima - Almuñécar La Herradura Isuue PROXIMA NUMERO 0 - julio 2017 - FINAL WEB | Page 11
PRÓXIMA
MI PRÓXIMA CITA
“Cuando las sombras
interiores temblaban a la
luz de velas, reaparecieron
sensaciones de aquellos
julios de azules poniente;
el calcinado agosto con el
aire colmatado de chicha-
rras y la sombra de parra-
les y primer escalofrío de
septiembre”
de aquello me queda una capacidad para diván, sábanas antiguas de hilo rescatadas
adivinar las derivadas caídas de la Casa de algún baúl olvidado.
Usher.
En un amanecer de fuerte olor a sali-
Digamos, que los veranos, a cier- tre y nardo, cuando las sombras interiores
ta edad, se convierten en vintages y son temblaban a la luz de velas, reaparecieron
montones de fotografías que rescatamos sensaciones de aquellos julios de azules
de cajones que no
poniente; el calci-
abríamos y que de
nado agosto con
“Los veranos, a cierta edad, se
repente se presen-
el aire colmatado
convierten en vintages y son
tan como trombas
de chicharras y la
montones de fotografías que
que nos inundan.
sombra de parrales
rescatamos de cajones que no
Al caso, el ve-
y primer escalofrío
abríamos”
rano pasado la
de septiembre.
experiencia
me
Fue una lla-
devolvió momen-
mada mágica del
tos que creía idos definitivamente y hasta recuerdo desnudo que susurra desde el
alguna postura vital que daba por perdi- desconocido umbral de tu consciencia y
da. Así que, en alguna sala coloqué algún al abrir la puerta te lo encuentras vestido
jarrón con flores perfumadas de aquellos con todas esas miradas de las que pensa-
jardines recoletos de mi infancia que a bas que jamás volverían a tener aquella
nuestro paso olían a jazmín intenso. Y alegría que le conociste en lejanos veranos
estudiadamente desplegué, sobre algún de nuestra vida. Pero realmente eran ellos
y, aunque en fotografías, estaban otra vez
sus voces en el aire, sus aromas a colonias
frescas sus linos, gasas y sedas.
Por el momento desconozco como se
escribirá este verano de 2017, cuando uno
ya es señora Stone a cualquier alzamien-
to de la líbido. Curiosamente la Stone (La
primavera romana de la señora Stone) en
su última secuencia se abandona a la suer-
te arrojando las llaves de su lujoso apar-
tamento romano a un ragazzo de la vita,
a un chapero mendicante de apariencia
peligrosa: el único curiosamente que la ha
protegido invisiblemente durante toda la
película. Tiremos, pues, la llave a esta ca-
nícula y que suba lo que tenga que subir.
“Avanzar retrocediendo, incluyendo
en ese devenir todos los sustratos del pa-
sado”. Como si dijéramos un palimpsesto
de veranos. De todos los veranos en este
que avanza sobre la resaca inevitable de
todos los demás.
JULIO 2017 - WWW.REVISTAPROXIMA.ES
11