El derecho punitivo busca proteger la vida del hombre y la sociedad poniendo barreras al actuar de la medicina para no afectar los derechos de las personas, ya que son objetos de amparo de la normativa jurídico penal. El proceso médico puede desencadenar la muerte de alguien y la ley penal persigue tutelar estos problemas para evitar este tipo de desenlace. La ley establece castigos para los distintos delitos. La ley penal impone una consecuencia aflictiva, que en la mayoría de los casos es la privación de la libertad. Sin excepción del deber de indemnizar a la víctima como regla general.
De acuerdo a la existen delitos de tipo doloso y cuasidelitos o delitos culposos. Los delitos dolosos son definidos como aquellos actos que son ocasionados con el fin de producir daños. En cambio, los delitos culposos refieren a la acción u omisión no intencional que provoca un daño a una persona; en otras palabras, el acto es realizado sin dolo, es decir, sin tener una intención maliciosa de cometer un perjuicio a otra persona.
En el contexto médico, el profesional no busca lesionar al paciente, sino que ayudarlo para mantenerlo con vida. El cuasidelito se produce por una falta de criterio o de respeto al paciente, que no atenta contra el derecho jurídico. Cuando el médico se equivoca y termina con un daño para la persona significa un fracaso profesional, un indicio materialmente de fracaso para el médico, pues cometió errores. Pacheco declara “que soldado que fusila no comete delito al igual que el médico que amputa”.
Un término asociado al de cuasidelito o delito culposo es la negligencia culpable, en donde se realiza la acción con un fin curativo, pero sin el debido cuidado llevando a un fin funesto. Hoy en día para evitar cierto tipo de negligencias o de descuidos debe existir una confianza del médico jefe de grupo frente a los alumnos o ayudantes para evitar cualquier tipo de inconveniente en el proceso médico. Asimismo, en caso de que haya ocurrido un accidente y solo haya un médico general y ningún especialista al cual se pueda derivar, y por lo tanto haya que actuar de forma imprudente no existe negligencia, ya que el fin es el de salvar la vida utilizando el medio más optimo dada la circunstancia.
Hay oportunidades en que le médico actúa de manera correcta, como explica Künsmüller, y por motivos ingobernables se termina con la muerte del paciente o con daños, que básicamente no fue responsabilidad del propio médico, sino que del azar.
Finalmente Künsmüller, analiza que en la actualidad existe una gran preocupación en cuanto a la medicina, ya que se han llevado a cabo trámites jurídico o mal realizados con consecuencias condenatorias. Sin embargo, explica que la ley no puede garantizar cuando es la actitud a priori o precisa que se debe observar en a la gama de los seres humanos, y es el juez quien discrimina si hubo infracción del mismo o no, ya que observa si existe relación causal de daño, en caso contrario debe absolverse al médico.