Género
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Comisión Especializada Ocasional para el Tratamiento de la Solicitud de enmienda. Foto: Archivo El Comercio
Sacerdote católico respalda la diversidad sexual
Cruz de la Iglesia del Girón. Foto: Quitoturismo.org
Pablo Ernesto Morales Rodríguez, párroco de la Iglesia del Girón. Foto: José Torres
Pablo Ernesto Morales, párroco de la iglesia del Girón, apoya los derechos de la comunidad LGTBI a través de charlas en su comunidad eclesiástica. “Todas las personas merecen un trato digno y tener los mismos derechos, obligaciones, libertades y oportunidades en los ámbitos público, privado e íntimo. El gobierno y la sociedad deben respetar sus derechos”, comenta el reverendo.
Según Morales, existen iniciativas al interior de las comunidades eclesiales como la campaña “Estamos del lado del amor”, que están apoyadas en su mayoría por personas heterosexuales y con una amplia participación en actos masivos a favor del reconocimiento de las comunidades de la diversidad sexual. Además se imparten cursos y talleres para adultos y niños sobre derechos humanos y sexualidad, que están enfocados a promover las relaciones de respeto y de aceptación de las diversas maneras de ser de las personas.
La población LGBT, en Quito, es de 2 mil personas y, de acuerdo con cálculos de la Organización Mundial de la Salud, entre el 5 y 10 por ciento del total de ecuatorianos correspondería a alguna de esas categorías. Si bien Morales aseguró desconocer el número de miembros no heterosexuales de su comunidad, recalcó que en las Iglesias Unitarias hay más gente gay que otras iglesias porque dan la opción de una liberación, de ser una persona tal y cómo eres para interrelacionarte con los otros.
Morales considera que uno de los principales problemas en la sociedad actual es que “la gente tiene miedo y piensa que tiene enemigos en todos lados. Piensa que los diferentes son una amenaza. Por ese motivo nosotros apoyamos a la educación y fomentamos las relaciones entre la gente para que se conozca.”
En el Ecuador, la homosexualidad es despenalizada desde 1997 y la unión de hecho, para parejas no heterosexuales, está garantizada desde el 2008. No obstante, el Estado no permite a estas parejas adoptar hijos. A pesar de los cambios, en el país se han clausurado varias clínicas de “deshomosexualización” por cometer violaciones contra los derechos humanos.
Redacción José Torres