PROYECTO OVNIS LA REVISTA Nº 2 Proyecto Ovnis - La Revista N°2 | Page 53

en artefactos que llamaban Mu, como lo prueban los siguientes pasajes: “Inanna dama del cielo….por sobre todas las tierras pobladas vuela en su Mu” Los relatos hablan del divino Ninurta junto a un “pájaro divino”, para el cual pide a Gudea le construya un recinto, el recinto se llama: Mu Na Da Tur Tur que significa lugar de descanso de piedra fuerte del Mu. El carro brillante de Marduk es Zag Mu Ku que significa el brillante Mu para ir lejos Mu, al igual que la mayoría de las palabras sumerias, contaba con un significado principal y una serie de diversos matices. En el caso de “mu” significaba “aquello que se eleva recto”, y algunos de sus matices son: “alturas”, “fuego”, “mandato”, y en tiempos posteriores, “aquello por lo que se recuerda a uno”. Los textos mesopotámicos en los que se alude a recintos interiores de templos, los viajes celestes de los dioses, o incluso el viaje de algún humano a los cielos, utilizan el termino sumerio mu o sus derivados semitas shu-mu (lo que es un Mu), palabra que derivo a sham y finalmente a shem, y dado que uno de los matices de mu era “aquello por lo cual se le recuerda a Uno”, finalmente se le dió el significado de nombre. deben traducirse como «nombre» sino como «vehículo del cielo», permite abrir la puerta a la comprensión del verdadero significado de muchos relatos de la antigüedad, incluida la narración bíblica de la Torre de Babel. Afortunadamente para nosotros, el que hubiera un Mu en los recintos interiores de los templos, es algo que se puede demostrar. En una moneda antigua de Biblos está grabado el Gran Templo de Ishtar, en la moneda se ve claramente lo que solo puede ser un Shem, un Mu. Y finalmente la palabra Babel no significa confusión o confundir, como pretende la Biblia al derivar la palabra del termino hebreo balal; sino puerta de dios, Bab puerta, y El, uno de los nombres de Elhoim. Luego; el mito original contaba de una torre famosa que fue una puerta dimensional construida por humanos, y en su cúspide un artilugio (shem), que conducía hacia la morada de los seraphim nephilim, guardianes del camino que conduce al árbol de la vida; que nos mantienen en la ignorancia viviendo en este abismo en el que reina la muerte, el hambre y la enfermedad. Algunas líneas de Zecharia Sitchin a propósito del tema: Los traductores bíblicos, al insistir en el empleo de «nombre» cada vez que se encuentran con shem, están ignoran- do un estudio que, con visión de futu- ro, publicó hace más de un siglo G. M. Redslob  (en  Zeitschrift der Deutschen Morgenlandischen Gesellschafi) en el cual señalaba, correctamente, que el término shem y el término sha-main («cielo») provienen de la raíz shamah, que significa «aquello que está hacia lo alto». Cuando en el Antiguo Testamento se dice que el rey David «hizo un shem» para conmemorar su victoria sobre los arameos, Redslob dice que el rey David no «hizo un nombre», sino que levantó un monumento que apuntaba hacia el cielo. El darse cuenta de que, en muchos textos mesopotámicos, mu o shem no El Libro del Génesis, en su capítulo 11, nos habla del empeño de los seres humanos de elevar un shem. El relato bíblico se nos ofrece con el lenguaje conciso (y preciso) de los hechos históricos, aunque generaciones de estudiosos y de traductores hayan pretendido darle al relato sólo un significado alegórico, porque -tal como lo entendían- era un cuento que trataba del deseo de la Humanidad de «hacer un nombre». Con este enfoque se privó al relato de su verdadero significado, un significado basado en hechos reales. Nuestra conclusión en cuanto al verdadero significado de shem le da tanto sentido a la narración como debió tenerlo para las mismas gentes de la antigüedad. El relato bíblico de la Torre de Babel trata de hechos que siguieron a la repoblación de la Tierra después del Diluvio, «al desplazarse la humanidad desde oriente, hallaron una vega en el país de Senaar, y allí se establecieron». El País de Senaar es, como ya vimos, la Tierra de Sumer, en la vega que hay entre los dos ríos del sur de Mesopotamia. Y la gente, ya entendida en cuanto al arte de la elaboración de ladrillos y en el de la construcción de una civilización urbana, dijo: «Vamos a edificarnos una ciudad, y una torre cuya cúspide alcance los cielos; y hagámonos un shem, por si nos desperdigamos por toda la faz de la Tierra.” P ágina 53