PROYECTO OVNIS LA REVISTA 1 Proyecto Ovnis - La Revista - Nº 1 | Page 53
La Serpiente
“…era astuta, más que todos los
animales del campo que Jehová Dios
había hecho”.
E
n el libro del Génesis cap. 3:1, la Serpien-
te simplemente “aparece” en el Jardín del
Edén, surge de la nada, y como única infor-
mación el texto dice sofisticadamente: “era
más astuta que todos los animales del cam-
po que Jehová –Dios había hecho”.
El omitir el origen de un personaje en una historia del
origen, es desde ya extraño. Podría explicarse por una
y autoridades aún menores, tienen libre albedrio, es
decir puedan hacer su voluntad, sin la aprobación de
su presidente, o su parlamento ¿Cómo sería ese es-
tado?: Caótico, estaría regido por el caos, es más: no
sería un Estado.
Aun así, la solución al problema sería que el Presi-
dente designe a un Nuevo “Superministro”, que pase
por sobre todo el aparato estatal y se haga cargo de
arreglar todo el daño producido en la población civil,
luego, claro está; de haber “hecho una limpieza” en el
aparato gubernamental.
Y eso fue exactamente lo que dicen las religiones que
sucedió: hubo guerra celestial y el corrupto y sus se-
cuaces fueron precipitados al abismo; luego se man-
dó a un Salvador a que arreglara todo por las buenas,
primero… y luego por las malas.
A todas luces, en la historia original y en la semejanza
política, el actor principal es la corrupción consenti-
da, que hasta la actualidad permanece, al menos aquí
en la tierra… y lo aterrador seria que también perma-
neciera en el cielo.
Otra explicación sería que La Serpiente no fuera parte
de la creación, que fuera “extranjera”, y es de esta se-
gunda opción de la que nos ocuparemos. No es algo
descabellado, porque hasta el día de hoy, aquí en la
tierra, cuando se necesita alguien que haga un “traba-
jo sucio en casa”, siempre se lo trae de afuera.
Todos sabemos que nadie ingresa al seno de una fa-
milia, y come de su mesa, sin el consentimiento del
Padre, Madre, o alguno de sus hijos.
Un maleante no se mete en casa ajena, a la luz del
día y bajo la vista del dueño, a robar o dañar sin ser
echado a patadas al instante.
Un Padre Amoroso, no pone una alimaña, en medio
de sus niños como “juguete educativo”, porque algu-
nos serian heridos o morirían.
razón: Fue velado, es decir fue cubierto con un velo,
como tantos otros “detalles”, a lo largo de las sagradas
escrituras, ¿para esconder información que no debe
ser conocida, por ajenos a determinado círculo…, e
inducir al error?
Si era más astuta que todos los animales que el Señor
había hecho; entonces: no era un animal,- indudable-
mente más inteligente que Adán- y era conocedor del
Creador y de su obra. Pudo ser una especie de ángel
resentido o celoso. Y esta es la explicación del dogma
para justificar el in-creíble hecho y la existencia de un
ser Maligno hechura del mismo Creador, corrompien-
do a su criatura preferida frente a sus narices.
De ser así, la organización celestial sería un caos,
porque también otros ángeles, arcángeles, serafines,
etc., podrían pensar y actuar de la manera que les
parezca, y si uno fue celoso, envidioso o vanidoso,
también podrían serlo dos, tres, o mil. ¡Y vaya que sí!;
porque la historia bíblica así lo afirma y cuenta que un
tercio del Reino celeste se precipitó al abismo “arras-
trado por la cola” del Dragón.
Si la organización celestial es así, sería como un apa-
rato estatal, en el que, el vice-presidente, las fuerzas
armadas, los senadores, diputados, ministros de es-
tado, vice ministros, prefectos, alcaldes, concejales
Tampoco pone veneno entre frutas, y al alcance de
sus niños; aunque les prohíba comerlo.
Y si se comieron el veneno, tampoco los echaría a la
calle, a sufrir el hambre y la muerte como remedio y
castigo por su desobediencia.
Luego; la Serpiente no estaba, no era parte; descen-
Por: Lupus Felis
dió a la Creación.
No a escondidas, “llamó a la puerta, y fue atendida.
¿Por alguno de los hijos?”
No vino con las manos vacías, “trajo algo para la
mesa”.
Y por ese algo, el Padre consintió.
Nuestra cultura tiene información recibida a través de
los mitos, historias y escritos antiguos y actuales, no
solo del libro de los Hebreos, sino de muchos otros
pueblos; que señala, cuenta, relata y afirma que la
Serpiente no es “una”, sino un grupo de seres, que
descendieron a la creación. Algunos se quedaron,
atrapados por la pasión y el hambre, y Otros regresa-
ron, y volverán por “ese algo” capturado de su Reino
por la Serpiente. Y no se trata de ángeles, arcángeles
, querubines o alguna otra potestad sujeta a la volun-
tad del Creador; o de seres extraterrestres llegados de
alguna estrella o galaxia por medio de una tecnología
superior a la nuestra; sino de seres descendidos del
Reino al cual perteneció el Creador. Dicho sencilla-
mente: de Dioses.
“La idea de que los hombres, partiendo de la bestiali-
dad y del salvajismo, se elevaron lentamente hasta la
civilización, es reciente. Este es un mito judeo-cristia-
no, impuesto a las conciencias, para expulsar un mito
más antiguo, vigoroso y revelador.
Cuando la humanidad era más fresca, más próxima a
su pasado, en los tiempos en que ninguna conspira-
ción bien urdida lo había expulsado aún de su propia
memoria, sabía que descendía de dioses, de gigantes
de los que habían aprendido todo. Recordaba una
edad de oro en que los superiores, nacidos antes que
ella, le enseñaron la agricultura, la metalurgia, las ar-
tes, las ciencias y el manejo del alma”
Los párrafos anteriores son de “El Retorno de los Bru-
jos” de Louis Paules & Jaques Bergier, obra publicada
en los años 70s., y podría llenar páginas y páginas de
otros textos actuales y antiguos. La Biblia, en el Gé-
nesis, también contiene el relato de estos “Hijos de
Dios” que se enamoraron de las hijas de los hombres,
que descendieron “y les engendraron hijos”, pero; lo
extraño, lo increíble, sería que todo esto haya aconte-
cido después que se hizo “la limpieza”.
Si fuera así, sería afirmación de que la corrupción per-
maneció, y permanece
en el cielo. El relato de
la batalla celeste no está
incluido en el Génesis,
sino en el Apocalipsis
cap. 12, por lo cual no
sabemos, si fue antes
o después del diluvio,
antes de la creación de
Adán, o al principio de
la creación. (De todas
maneras eso no tendría
importancia porque en
el cielo se supone que el
tiempo no existe, y todo
sucede en permanente
ahora, en la inmanencia
temporal) Sin embargo,
en Crónicas 21 Satanás
incita a David a levantar
P ágina 53