PROYECTO OVNIS LA REVISTA 1 Proyecto Ovnis - La Revista - Nº 1 | Page 14

plataforma espacial, capaz de soportar artefactos del peso de un barco petrolero de la actualidad, varios cientos de miles de toneladas. Sí, los “atlantes” habrían desarrollado una industria aeroespacial de proporciones des- comunales. Habrían sido capaces de fabricar maquinaria superpesada y realizar modificaciones integra- les del entorno planetario donde se asentaban, “remover montañas”. La huellas de este colosal trabajo de modificación geológica a gran esca- la, que para la humanidad actual es casi imposible emular, pueden apre- ciarse en toda su magnitud y mag- nificencia en Nazca, es decir, Amé- rica, más que en ningún otro lugar del mundo. Recordemos que hasta hace muy poco, en tiempos de la conquista, adelantados y luego exploradores entraron en contacto con gigantes americanos en la Patagonia, blan- cos, muy bien conformados para sus tres metros de estatura, hombres, mujeres y niños fueron sistemática- mente exterminados, o simplemen- te desaparecieron. Nada han dicho los darwinistas acerca de ellos. Para finalizar hay que destacar algo muy importante y que tiene que ver con el ocultamiento por parte del sistema global, de todas estas realidades, de todo este pasado grandioso de la humanidad. Paul H. Koch denuncia esta conspiración tomando como ejemplo lo que la ar- queología convencional afirma del acueducto de Sevilla, una maravi- llosa obra de ingeniería atribuida a los romanos, y que estos más bien habrían restaurado, no así, cons- truido. Las piezas pétreas que con- P ágina 14 forman el acueducto evidencian la anómala vitrificación de las junturas que las unen en muchos de sus tra- mos, demostrando una colosal an- tigüedad que deja pequeña la cifra de 20.000 años lanzada por Arturo Posnansky para datar la antigüedad de Tiahuanacu y por la que fue ta- chado de loco alucinado y simple aficionado por la comunidad cien- tífica de su tiempo. Estaríamos ha- blando de cientos de miles de años de antigüedad, por lo que la reciente excavación de restos megalíticos en Gobleky Tepe, Turquía, considera- da por la arqueología convencional como la más antigua con sus 11.500 años, se quedaría corta al lado de nuevos hallazgos que han salido a luz como en Sudáfrica, cerca de 150 millas tierra adentro, al oeste del puerto de Maputo. Son los restos de una metrópolis gigante, que mide, en términos conservadores, cerca de 1500 millas cuadradas. Es parte de una comunidad aún más grande, de unas 10.000 millas cuadradas, y parece haber sido construida hace (espero estén preparados para leer esto) 160.000 a 200.000 años.  Pirámides fotografiadas satelital- mente en plena selva amazónica que sobresalen aún recubiertas du- rante milenios por selva impenetra- ble, ciudades subterráneas unidas por una red de túneles de miles de kilómetros de extensión y tallados en la roca para el tránsito de al- gún tipo de vehículos y a los que se puede acceder aún hoy a través de chinkanas estratégicamente ubi- cadas en lo largo de todo el tawan- tinsuyo, son evidencias irrefutables de que algo se nos esconde, y es incomprensible la vista gorda de las autoridades de turno y la indiferen- cia general de la gente hacia este legado maravilloso. Dick Ibarra Grasso, José Imbello- ni, Jacks de Mahieu, Mario Monta- ño Aragón, entre otros afamados y serios historiadores de nuestro pasado andino, han escrito obras trascendentes que pese a su gran tiraje se han descontinuado y no son objeto de estudio en colegios y universidades; El Imperio Vikingo de Tiwanacu, Los Hombres Barba- dos en la América antes de Colón, La Esfingue Indiana, las Gorgonas de América, nos brindan las pruebas irrebatibles de todos este pasado At- lante de la humanidad y su conexión andina. Estos seis mil años de “historia ofi- cial” sesgada, para colmo, que se nos quiere imponer como tope que por ningún motivo podemos contra- venir, ha sido creado por el actual sistema de control social planetario, económico, político-religioso global, con el fin declarado de amputarnos de nuestro ORIGEN ANCESTRAL