En este mundo de sueños sin gloria
preñado de silencios y fría historia,
los inviernos se instalan con más frecuencia
entre los azulados témpanos de mi memoria.
Aromas de pasados perdidos,
flotando entre naranjos y mangos,
tus ojos iluminan tangos,
y tu sonrisa olvidos.
Porque de un pétalo carezco,
y de frialdad estremezco,
me llaman la mala rosa.
Aunque nací en mayo
me llaman la mala rosa,
por no nacer de tu mano.
Gerardo Rivas.
La Mala Rosa <- Soneto InviTado - >