Espera, no vengas, ya son años excesivos
Para tu despertar inundado, mejor que no me recuerdes,
Yo me quedo aquí para colgar mi soledad a la luz
En el hilo de tender mi pena,
Luego comenzaré a tejer te amo en una hoja
Y a deshacer el querer con las plumas de una paloma...
Y en cuanto acabe de cortar los dolores de
Entre noches que mal que vienen
Y le llené de flores el jarrón para los dos,
Sin espinas, de colores, que se quieren
Cuando llore y cuando no, las sulfatamos
Cuando nuestro aire no sea tan malo.
Y me confesó, cuando quieras arrancamos que
En las líneas de la mano lo leyó,
Que se acabó el que la quemara el sol,
Pero se asustó, ¡como te retumba el pecho!,
Tranquilo, solo es mi maltrecho corazón,
Que se encabrita cuando oye tu voz,
¿Qué demonios tendrá que ya no sale a volar?
¿Tal vez mojó bien las plumas el relente en la cesta?
Le volvió loca el sonido de las gotas de la madrugada
Cuando comienzo a clarear y aún estaba tumbado
En la cesta con frío.
Y me encandilo, pero era un duende helado y
Yo volvía siendo nada no importó,
Éramos parte del mismo somier
Hasta que prometió,"nos querremos más que nadie
Para Que no corra ni el aire entre tu y yo",
Sentí que me iba ahogando en el calor
Le hizo un juramento al sillón, con su espuma se borró
el corazón, que anoche era de metal y al alba era
de goma que se dobla antes de gritarse.
Desperté, y la oí marcharse riendo, con lo puesto,
por la puerta del balcón, el pelo a la brisa
Diciéndome adiós, porque decidió que ya
estaba desgastada de poetas de pacotilla y tirarse,
de frente al contenedor.
PENA DE AMOR