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San Salvador El Salvador el 2 de noviembre de 1908.
Juan Ramón Molina, el poeta gemelo de Rubén, es casi desconocido en Sudamérica. No figura en
los textos de preceptiva literaria, no se ven sus poemas menudamente publicados, ni se oye que
sazonen sus acentos los menús líricos de los que dicen versos. Piadoso olvido en el que
paradójicamente lo quisieron dejar, por ser singularmente pobre lo que se escribe de los poetas en
los textos escolares, más triste cuando sus nombres se usan para llenar vacíos tipográficos en
revistas de dudosa publicidad y a desesperar si el que recita destroza los poemas. Recordado por
nosotros ya no volverá al olvido.
El 13 de enero del 2009, Rodolfo Pastor Fasquelle, Secretario de Estado en los Despachos de
Cultura, Artes y Deportes renombró la Biblioteca Nacional de Honduras con el nombre de Juan
Ramón Molina.
Obras relevantes de Juan Ramón Molina
Pesca de Sirena
Trata de alguien quien le pide a un pescador sin suerte alguna que por favor vaya ala mar y que le
consiga la sirena mas hermosa que vea y que de un salto las pesque con su red para que así se la
pueda llevar pero que no se deje engañar con los quejidos de estas sirenas ya que sus quejidos
suenan de una forma hermosa la cual puede ponerlos en trance y pueden hasta matarlo pero que de
igual forma se la lleve para que esta sirena pueda despertar junto a esta persona quien tan
desesperadamente anhela su presencia para así poderla tener entre sus brazos y que ella pueda
despertar con u beso aunque esta no lo quiera ya que es lo que esta persona más quiere en la vida.
El Jardín
Cuelgan racimos de adorables pomas, negras uvas en gajos tentadores, fingiendo los alegres
surtidores un murmullo de besos y de bromas. Dormitan en las ramas las palomas los buches
esponjando arrulladores, y el capitoso aliento de las flores unge el follaje y el parral de aromas. Un
sol ardiente esparce sus madejas de luz, sobre el jardín; y las abejas un vals preludian, áspero y
sonoro. Bailan las mariposas deslumbrantes, y picotean pájaros brillantes unas naranjas que
parecen de oro.
A un Periodista
Que una tizona en tus valientes manos, la noble pluma con que escribes sea, para entrar indignado a
la pelea, a herir traidores y a matar tiranos. Haz que muerdan el polvo los villanos; áulicos y serviles
pisotea, infunde a aquel que tus escritos lea fuerza de acción y alientos soberanos. Que tu rotunda y
magistral palabra tocando cráneos en la plebe estoica agujeros de luz en ellos abra; y de allí surja
hermosa y fulgurante la Libertad, como Minerva heroica de la cerviz de Júpiter Tonante.