SABER HACER, en su versión escolar, no perdiendo de vista el SABER SER y el SABER CONVIVIR, acciones relacionadas con su inserción al medio NATURAL y SOCIAL en el que vive.
En cuanto a la alfabetización, centralizaremos la práctica docente en el enfoque equilibrado; siendo dicho enfoque a través del cual el maestro toma decisiones bien pensadas diariamente, acerca de la mejor manera de ayudar a cada chico a convertirse en un mejor lector y escritor. Requiere y permite al maestro reflexionar sobre lo que está haciendo y modificar la educación diariamente basándose en la necesidad individual de cada alumno.
Cabe destacar que el grupo clase es heterogéneo, los niños se encuentran en distintos niveles de alfabetización que van desde la pre-silábica( todavía no han relacionado grafema-fonema) a la silábica estricta( una letra le corresponde a un signo). Por ello, no se desconocen los saberes que el niño tiene, se le motiva para que complemente su expresión gráfica con escritura espontánea, donde incluye símbolos y letras para llegar finalmente a la escritura del código alfabético. Esto deja ver claramente que lectura y escritura son procesos cognitivos, dinámicos, donde la creación juega un papel muy importante. Leer y escribir se convierten en interacciones divertidas y placenteras, en las que el niño puede disfrutar de sus logros y aprender de sus equivocaciones. Así mismo entonces se valorará el error, como parte del proceso de aprendizaje.
Además, se propondrá la lectura frecuente de cuentos que contribuyen en el desarrollo del vocabulario, en la adquisición de conocimientos sobre el libro y su manejo y sobre la orientación de la escritura, potenciando el interés y placer por la lectura, además de incentivar la escucha comprensiva.
Promueve el reconocimiento de palabras escritas y el desarrollo del esquema narrativo, el cual facilita la comprensión y producción de relatos expresivos. Esto proporciona al niño la oportunidad de descubrir la potencialidad del lenguaje para conocer y explorar mundos.
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