1.- Aligera tu carga emocional. Si bien es cierto que la vida de muchas personas con tartamudez es una vida muy pesada y muchas veces muy frustrante, pero uno debe dejar de cargar lastres emocionales.
2.- No todo pensamiento que generamos es
necesariamente cierto, hay pensamientos irracionales que nos puede confundir y atormentar.
3.- Otra carga es compararse con los demás, ¿Cómo voy a compararme si cada persona es distinta?
Por los caminos de la tartamudez
Leonardo Morales
PENSAMIENTO DE PERSONAS EN PROMEDIO: Se caracteriza con tener un contentamiento natural con la vida. Aunque la vida ofrece un vaivén de situaciones buenas y malas, tratan de verlo en forma optimista.
PENSAMIENTO DEPRESIVO: Requiere apoyo psiquiátrico con medicamentos y sin ellos el paciente puede caer en un severo cuadro de depresión y en el peor de los casos el suicidio.
PENSAMIENTO NEGATIVO O PENSAMIENTOS PARÁSITOS: Son temores que la mayoría de veces son infundados, ocasiona problemas a la persona, las hacen sufrir innecesariamente, debido que su visión del mundo es formada por malas experiencias, algunas costumbres familiares como criticar y desacreditar a todos, desmotivación y mucho tiempo estando solo. Todo lo anterior es campo fértil para muchas personas con tartamudez a deprimirse, por lo general, no se requiere de tratamiento psiquiátrico, sino un cambio de actitud y usando algunas técnicas que a continuación se menciona.
Te sugiero lo siguiente:
1.- Aligera tu carga emocional. Si bien es cierto que la vida de muchas personas con tartamudez es una vida muy pesada y muchas veces muy frustrante, pero uno debe dejar de cargar lastres emocionales.
A veces nuestros pensamientos nos causan más sufrimientos
que la misma tartamudez.
La forma de pensar es moldeada por varios factores, entre ellos la genética, la educación familiar, escolar, etc. En el trascurso de la vida, la forma de pensar cambia más en la adolescencia o poco en la vida adulta.
"¨Dejé de creer que la tartamudez era el eje de todos mis problemas"
Por Leonardo Morales
8 Programa McGuire / Julio, 2016