2) En cada persona, uno de los dos hemisferios está siempre más desarrollado, más estimulado o con vivencias
(sinapsis) más claramente trazadas.
3) En cada persona y cultura (sociedad), pueden completarse sus procesos mentales, con los propios del
hemisferio funcionalmente menos activado.
4) Desde el punto de vista del aprovechamiento cognitivo, como afirma J.L. Adams (1986): "si se puede separar
a las personas tan claramente, las personas que se han separado no utilizan al máximo su potencial creativo"
5) Desde el punto de vista de la evolución humana, al decir de W. Johnston (1980): "para la perfección humana
habría que desarrollar los dos hemisferios. De lo contrario el hombre es unilateral y sin equilibrio" (p. 136).
d) A mi juicio, puesto que: "La persona humana equilibrada e integral necesita tanto el poder racional como el
intuitivo" (W. Johnston, 1980, he aquí una magnífica fuente de finalidades educativas, tanto para:
1) El profesor universitario: orientación de la comunicación didáctica, ámbitos abordados, procesos favorecidos
en sus alumnos, etc.
2) Los estudiantes: referente de autoanálisis, eje para articular una motivación de pretensión complementadora,
línea de adquisición de verdadera cultura (cultivo, en un sentido griego), capaz de favorecer un empleo más
completo y armónico del propio potencial neurológico, etc.
e) Es por esto por lo que, para el aprendizaje del estudio y su didáctica, se ha de saber que:
1) La recreación en lo que otros han hecho tiene sentido condensada y enriquecida en las propias producciones.
2) Que el conocimiento fragmentado se realza en nuevas síntesis.
3) Que lo divergente evoluciona si se unifica.
4) Que la hominización, en que estamos, quizá podría humanizarse (P. Teilhard de Chardin) con el
descubrimiento de capacidades cognitivas que ignoramos que tenemos, y que no se nos enseña a utilizar. Sin
embargo, es preferible llegar a ellas como consecuencia de una cierta evolución interior, cuando llegue el
momento, que capacitarse sin crecer.
f) Finalmente, propongo reforzar el desarrollo de este modelo intelectual integral en aquellos estudios
universitarios donde se viene considerando, y en aquellos otros donde todavía está omitido, en favor de un tipo
de formación de un estudiante más armónica y plena. En este sentido se orientan las siguientes partes de esta
obra, que continuamos.
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