Cepeda y San José de Flores:
En 1859, siendo ministro de Guerra, comandó el ejército provincial;
la Legislatura le ordenó invadir la provincia de Santa Fe,7
ocasión en que enfrentó al general Urquiza en la batalla de Cepeda.
El ejército porteño operaba desde San Nicolás de los Arroyos; contaba con 9000
hombres –de los cuales, 4700 infantes y 4000 jinetes– con 24 piezas de
artillería,8 bajo el mando de Mitre, ministro de guerra.
Las fuerzas porteñas estaban muy disminuidas porque gran parte de
sus fuerzas debían proteger la frontera de su provincia de las invasiones
de los indígenas, algunos de los cuales –como Juan Calfucurá– eran
aliados de Urquiza y sus incursiones formaban parte de la estrategia de este.
El ejército de la Confederación, dirigido por Urquiza, inició la campaña hacia
Buenos Aires desde Rosario; estaba formado por 14 000 hombres –de los cuales
10 000 de caballería y 3 000 de infantería– con 35 cañones y obuses; varias
divisiones de indígenas ranqueles figuraban como auxiliares.
El 23 de octubre se inició la Batalla de Cepeda: la ventaja inicial favoreció a la
infantería porteña, pero un hábil uso de la caballería por parte de Urquiza le
permitió tomar la ofensiva, e incluso tres batallones porteños fueron destruidos.
Una maniobra de flanco ordenada por Mitre desorganizó toda la formación, y la
noche detuvo la batalla cuando la victoria de la Confederación era ya evidente.
Los porteños tuvieron 100 muertos, 90 heridos y 2000 prisioneros, además de
perder 21 cañones. Los nacionales estuvieron 300 bajas fatales. En medio de la
noche, Mitre comandó una ordenada retirada hacia San Nicolás, adonde llegó
pasado el mediodía siguiente con solo 2000 hombres. Carlos D'Amico relata que
—si bien jamás ganó una batalla— lo cierto es que las retiradas de Mitre,
heroicas algunas, como la de Cepeda, salvaron muchas vidas. A continuación
embarcótodo su ejército, y –tras un breve combate– logró trasladarlo a Buenos
Aires. Al llegar a la ciudad, arengó al pueblo con una notoria falsedad.
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