Prehistoria de extremadura PREHISTORIA EXTREMEÑA revisado n 2019 | Page 165
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dividen en tres zonas. A su vez todo el cinturón está compuesto de 35 piezas
cuadradas en las que sobre un fondeo granulado destaca un relieve de lucha
repetida de un hombre con un león rampante, es decir, un Gilgamés, apar-
te de las 24 restantes aparecen grifos alados sobre una línea bajo la cual
hay tres flores de loto invertidas. Hiladas de palmetas de cuenco recorren el
bode de la hebilla, cuya franja central está decorada con pares de palmetas
de cuenco unidas por las bases. En conjunto se aprecian una combinación
de elementos asirios y egipcios. Su presencia en Extremadura nos vuelve a
demostrar la fuerte penetración interior del comercio fenicio en la Penínsu-
la, que no se limitó a las zonas marítimo costeras. Mélida lo data en el VI a.
de C. la presencia de Gilgamés es una magnífica prueba de la pervivencia
cultural a través de las culturas del mediterráneo oriental durante miles de
años.
La diadema de piezas afiligranadas consta de una franja central
formada por plaquitas cuadradas; cada una de ellas tiene cuatro alveo-
los circulares, asiento de otras tantas rosetas y además un alveolo central
cuadrado que es engarce de una piedra. Todos los elementos de la diadema
están asentados sobre planchas de oro. Los extremos son de forma trian-
gular. En el centro de la diadema se hallan cuatro cápsulas circulares que
llevaban piedras preciosas. En el interior se encuentra una gran voluta de
tipo fenicio-chipriota con flores y dos apéndices a ambos lados. El fondo
está cubierto de diminutos gránulos. En el extremo hay, en relieve, un motivo
lunar o vegetal.