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icen que una de las posiciones más complejas
de ocupar en la cancha es la del central. Quien
juega en este lugar debe contar con una serie de
cualidades que le permitan contener los ataques
de los volantes y delanteros rivales, pero también ser opción
para darle salida al equipo.
No hay una receta establecida que defina cómo debe desem-
peñarse un central, pero da la casualidad que quienes más
destacan en este sector de la cancha son jugadores que ma-
nejan muy bien la ubicación y la relación tiempo-distancia.
El zaguero es eso, puro oficio. Mientras más conocimiento
tenga de la posición, más serán los duelos que gane y menos
las veces que quedará mal parado.
Podrán utilizarse distintos sistemas de juegos. Habrá línea
de tres o línea de cuatro, pero siempre serán dos las posi-
bilidades que tenga el marcador: quedar sobrando o marcar
al hombre.
A lo largo de la historia, el fútbol nos ha dejado muchos cen-
trales reconocidos, y pese a que estos tienen varias carac-
terísticas que los distinguen, todos coinciden en un mismo
punto: mandan y ordenan al equipo.
Con la evolución de la actividad, el zaguero fue adoptando
nuevas obligaciones, y ya no solo bastaba con defender, aho-
ra también debían jugar con el balón en los pies. Y es que un
buen ataque se construye desde abajo, y cuando no existan
caminos para generar peligro, será el defensa quien rompa
líneas para hacer la diferencia.
En definitiva, todo dependerá de su capacidad. El zaguero
deberá saber cuándo ganar metros y cuándo esperar al rival,
porque eso es el central, intuición y determinación.
El ‘Especial Centrales’ nos dejará eso, un manual contado por
los mismos ligueros para determinar cuáles son los principa-
les conceptos que deberán respetar y manejar quienes jue-
guen en la posición.