UN PUESTO DE PURO OFICIO
El zaguero juega los 90 minutos sabiendo que es la última barrera entre los rivales y el arquero,
y en muchos casos dependerá de su solidez para que el otro equipo no llegue al gol. Quienes
juegan en este puesto entienden que sus tareas estarán lejos de las luces y robar miradas, pero
no por eso serán menos importantes. Un cruce a tiempo o una falta inteligente valdrán tanto
como un gol para ganar el partido. Muchos rehúyen del puesto, pero lo cierto es que el último
hombre termina siendo siempre un jugador clave.
POR NICOLÁS QUINTANAL