Portaligas #02 - Especial Copa de Oro COF - Copa Confederacio | Page 61
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ara los jóvenes menores de 20
años asistir a la Copa Confede-
raciones es casi cotidiano. Ellos
no llegaban a los 10 cuando el
fútbol chileno vivió la mayor transforma-
ción que recuerde desde 1962. Marcelo
Bielsa asumió la dirección técnica de la
selección nacional y a partir del estreno
-derrota ante Suiza (2-1), el 7 de septiem-
bre de 2007- el rumbo de la nave cambió
de manera radical.
Esa naturalidad que los jóvenes y niños
exhiben para afrontar el devenir de
la Roja contrasta con los fantasmas y
traumas de quienes súperaron las tres
décadas. Ni hablar de los cuarentones,
cincuentones y mayores de 60. Las frus-
traciones por incapacidad, súperioridad
de los rivales o intervención de terceros
marcó el destino del país futbolero hasta
la llegada de Bielsa.
Por eso el impacto del nuevo entrenador
del Lille de Francia. El rosarino lideró una
revolución en la cancha, pero también
en la forma en que se afrontaban los
partidos. No se trató de sentirse súperior
a nadie, ni de ganar por decreto, como
algunos pensaron cuando los festejos
aparecieron con frecuencia. Su idea de
ser protagonistas en cualquier cancha, de
plantear una propuesta de juego, expo-
nerla y defenderla convencidos, se ino-
culó en la mentalidad de un conjunto de
jugadores de enormes condiciones. Un
grupo que a partir de la amalgama que
forjó José Sulantay en los mundiales Sub