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Lo que haya tenido que hacer lo hizo. Y más. Fue la figura del partido, con un par de tapadas notables— una de ellas ante un cabezazo de Baggio que debió terminar en la red—. Entregó la valla invicta y aunque esa temporada jugó solo 9 partidos y recibió seis goles, Buffon, el adolescente de las orejas grandes— de ahí que le digan Gigi, en alusión al inolvidable Topo Gigio— demostró que tenía pasta de ídolo. Con el Parma ganó una Copa y una Supercopa de Italia antes de embarcarse en una aventura de más largo aliento.

LA JUVE Y LA CHAMPIONS La Vecchia Signora pagó una suma inusual por un arquero para hacerse de los servicios de Buffon: ¡ 53 millones de euros! Y aunque el fichaje de Gigi data de 2001, a la fecha ningún club ha pagado una cifra tan alta como esa por un portero. En la lista de los traspasos más caros de la historia, el golero que le sigue es Manuel Neuer, quien en 2011 pasó del Schalke 04 al Bayern Munich, luego de que el club bávaro pagara 30 millones de euros. La inversión de la Juve se hizo sentir de inmediato. La temporada 2002-2003 fue espectacular para el equipo turinés. Con Buffon en el arco, tuvo la valla menos batida del campeonato( 29 goles en 34 partidos); ganó la liga con siete puntos de ventaja sobre el Inter, y llegó a la final de la Champions League tras derrotar en cuartos de final al Barcelona y a Real Madrid en semifinales. ¿ Qué más se podía pedir? La final con el AC Milan, en Old Trafford, supuso una de las jornadas más amargas en la carrera de Buffon. Los turineses se habían ilusionado con conseguir por tercera vez la Copa. Sin embargo, luego igualar sin goles el tiempo reglamentario debieron definir desde los doce pasos. En esa tanda, Buffon atajó dos lanzamientos penales, ¡ pero sus compañeros fallaron tres!— Ha sido el peor momento de mi carrera. Nedved estaba sancionado por una absurda amarilla que vio en semifinales y le echamos mucho de menos. Jugamos bastante mal y aunque logré atajar dos penaltis en la definición, ellos terminaron celebrando. Fue una noche negra— asegura. Esa derrota coincidió con otra situación compleja en la vida de Buffon. Cayó en un estado de depresión que por propia voluntad enfrentó sin la ayuda de especialistas ni medicinas. Analizó seriamente la posibilidad de retirarse del fútbol. No era feliz y había tomado distancia de sus principales afectos. Debió reordenar su vida y sus prioridades. Prácticamente, tuvo que aprender a ser feliz de nuevo. Y, por suerte, lo consiguió.— Haberle ganado a la depresión es la victoria más importante de mi vida. Pocos años después de ese triunfo consigo mismo, vino el escándalo deportivo conocido como Calciopoli, en el que importantes dirigentes fueron acusados de influir en las designaciones arbitrales de la Serie A con el fin de favorecer a algunos equipos por sobre otros. Las sanciones derivadas del caso afectaron a los clubes AC Milan, Fiorentina, Lazio, Reggina y Juventus. No fueron iguales para todos. De hecho, vista la participación clave de los dirigentes turineses, el castigo fue mayor para La Vecchia Signora que para cualquier otro de los involucrados: se le despojó de sus dos últimos scudettos— correspondientes a las temporadas 2005 y 2006—, se le penalizó con la pérdida de 30 puntos y se le relegó a la Serie B, además de una multa de 120.000 euros. ¿ Qué hubiera hecho un jugador común y corriente? Probablemente haber buscado otro club. De hecho, fue lo que hicieron futbolistas como Cannavaro, Thuram, Zambrotta e Ibrahimovic, entre otros. Prefirieron no desvalorizar sus carreras y aceptar la oferta de otros clubes a cambio de seguir jugando en la Serie A. Al fin y al cabo, descender a la B con la Juve implicaba un futuro incierto, tanto en lo económico como en lo futbolístico. Los bianconeri partirían el torneo con 15 puntos menos, por lo que nada permitía aseverar que el regreso se produciría de manera inmediata. Como Buffon está hecho de otra madera, no tuvo dudas en sumarse a la causa y apoyar el regreso de la Juve. Nadie apostaba a que sería fácil. Aun así, esa temporada en la B La Vecchia Signora la ganó obteniendo 28 triunfos, diez empates y sólo cuatro derrotas. La de Buffon fue la segunda portería menos batida, con 30 goles— la del Napoli fue la más efectiva con 29 anotaciones encajadas—. La temporada en el infierno no había sido tan larga ni mucho menos tortuosa. De ahí a las alegrías hubo un tránsito no del todo expedito. Los hinchas turineses debieron esperar hasta la temporada 2011-2012 para celebrar en grande. Tras nueve años de sequía, la Juve volvió a ganar un scudetto. Lo hizo de manera invicta, sumando veintitrés victorias y quince empates.

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