Politica POLÍTIK primera edición | Page 13

Señaló que las rutas que las mujeres emprenden conllevan diversos riesgos, desde la violencia sexual y física hasta la estigmatización social y la negación de sus derechos fundamentales, políticos y sociales. La presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género, mencionó que si bien existen numerosos acuerdos e instrumentos internacionales en materia de atención a las mujeres en situaciones de conflicto, desplazadas y refugiadas; además de aquellas basadas en la prevención de la violencia de género, falta mucho para proteger los derechos humanos de las mujeres en diversos ámbitos. “Plasmar obligaciones en instrumentos jurídicos es parte importante en la defensa de los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia, sin embargo, debemos actuar para que se apliquen estas normas y recomendaciones, además de que se respeten los derechos humanos de las mujeres”. Puntualizó. En este sentido, expuso que son los parlamentarios quienes están obligados a atender y dar respuesta a la situación de quienes además de padecer estas violaciones a los derechos humanos y ser objeto de discriminación, parecen ser invisibles a la justicia, a las autoridades y a su propio entorno comunitario y familiar. “Nos toca propiciar desde la esfera parlamentaria, sociedades sin violencia en las que todas las personas sin importar su género, condición social, religión o etnia gocen de plenos derechos”. Gastélum Bajo indicó que no actuar en la defensa y la promoción de la dignidad humana significa retroceder décadas en el desarrollo y logros obtenidos a favor de las mujeres y las niñas. “La igualdad de género no es solo un derecho humano fundamental, sino que es la base para un mundo pacífico, próspero y sostenible”. Expresó que dar identidad a las mujeres refugiadas también es imperativo, por ello, sugirió que estas mujeres deben de estar inscritas en un registro para recibir la información y documentación correspondiente a fin de garantizar su seguridad personal, su libertad de circulación y el acceso a los servicios de primera necesidad. “Satisfacer el derecho de las mujeres a una vida sin violencia no es negociable”. DG 11