INTRODUCCIÓN
J uan Vaello Barceló nace el 6 de marzo de 1926, en el seno
de una familia humilde. De madre calí y padre no gitano, ella
proveniente de la ciudad de Orán (Argelia) y él, de Alicante.
Se estableció primero en el barrio del Poble Sec, y se trasladó
pasado un tiempo al Raval.
Desde bien joven ha estado ligado de buena gana al arte, con
especial predominancia a la rumba catalana, el flamenco y la
pintura. Su entorno, las calles en las que se crió, las amistades
que tuvo y los círculos en los que se movió, como forma de
vida y por la profesión a la que más tiempo ha dedicado: la de
pintor. Todo ello, elementos que han conformado su ser y que
lo definen a él y a su poesía.
Poesía que gira en torno a la nostalgia de lo vivido, a los
anhelos, a la búsqueda del éxito y de que lo que está por
llegar es mejor, a la aceptación del porvenir, a los idilios y a
las dudas.
Hace uso de espejismos y situaciones oníricas, de esas de
las que al despertar te vuelves a topar con una realidad menos
idílica, sueños felices que acaban en una emoción angustiosa;
otros que te recuerdan que la vida es como es y que, a veces, las
cosas salen bien, tal y como uno desea; y otras, no.
Esas hojas de ruta que parecía que serían y no fueron. Esa
dualidad y esa mezcla entre deseo y realidad. Pero al fin y al
cabo, con un alegato para disfrutar y vivir intensamente el
momento presente.
Siempre con una serenidad base del que acaba aceptando las
cosas como suceden, de aquellas que no se pueden cambiar y
de que la vida sigue, a pesar de ser consciente de que algunos
recuerdos te acompañarán hasta el final. No en forma de resig-
nación o frustración sino más bien de nostalgia romántica y de
que forma parte de la vida.