Poder Dominicano Mayo 2014 | Page 6

Mi Madre y el enemigo son la misma persona

Una historia de ficción pero con la que nos podemos topar en nuestra vida cotidiana.

,jlkjkjkjkLaura Fajardo es una joven de veinticinco años, José Breton tiene veintiocho. Ella es puertorriqueña y él es dominicano; aquí es donde está el dilema que les impide tener la aprobación de la familia de ella. Ellos se conocieron en una actividad de la universidad, que ambos asistían. Desde que se miraron pudieron sentir que había una atracción entre ellos.

Pasaron varios días y volvieron a encontrarse, pero esta vez José decidió acercarse a Laura y la invitó a comer yogurt. Entre bocado y bocado fueron conociéndose y se dieron cuenta que tenían gustos en común como la música y los tipos de películas. Laura al ver que puede tener un futuro con él le confiesa que su mamá es bien anticuada y un poco racista con los dominicanos, a lo que José le contesta que no le preocupa pues una vez lo conozca cambiara de opinión.

Luego de varios meses de noviazgo José le pregunta a Laura que si está preparada para que su madre lo conozca. A lo que Laura responde que aunque será una situación incómoda le preguntara a su mamá para que coordinen una cena en familia. Ese mismo día Laura le comenta a su madre que tiene una relación con un muchacho llamado José que está interesado en conocer a la familia. A lo que su mamá pregunta: ¿Cómo es el muchacho? ¿De dónde es él?”. Laura le contesta que es un muchacho bien humilde, vive en Puerto Nuevo y su familia es dominicana. La mamá responde: ¿Me quieres decir que tras de que es un pobre muerto de hambre es Dominicano? ¡No puedo creer que me estés haciendo esto!”. A pesar de hacerle este escándalo a Laura accede a que José venga a cenar a la casa.

Al llegar la noche de la esperada cena, Laura estaba muy nerviosa pues no sabía que esperar de su madre. Cuando José llega, la madre lo primero que hace es mirarlo de arriba abajo, haciendo una especie de inspección. José se va a presentar y le dice: “Hola soy José, el novio de su hija”. A la madre pareció que la hubiesen insultado pues al él dirigirse a ella pudo notar el tan marcado acento de su país. Tras unos segundos, le extendió la mano a José y lo saludo pues no le costó más remedio. Ya en la mesa comenzaron a comer el plato principal, cuando de pronto la madre de Laura se levanta y dice que no puede seguir fingiendo el asco que sentía al ver a José en su mesa. Laura furiosa con su madre le dice que se comporte y que no puede creer lo que acaba de hacer.

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