Pleasures & Desires, Magazine Noviembre 2019 | Page 8
Internacional
Internacional
Por: Yeni Rodríguez Valdés
E
scribir sobre el archipiélago más revolucio-
nario del Caribe nunca es tarea fácil si lo
conoces desde adentro. Cuba sigue siendo hoy la llave
polémica del Golfo, la tierra del ron y el tabaco, pero
sobre todo, en ella habita una sociedad y una cultura
realmente originales. Así que dejando a un lado los
comentarios políticos que pueden arruinar cualquier
experiencia de goce, hablemos
de la excéntrica Cuba desde sus
Hotel Nacional, La Habana, Cuba.
regalos más hermo-sos para
quienes la visitan. La Ciudad de
La Habana es el corazón del
Catedral (allí se mezcla el arte y
país. Aquí se en-cuentra una
el
savoir-faire culinario en un
raza orgullosa: el habanero,
estrecho
callejón con parada
pero que siempre tiene las
o b l i g a t o r i a e n e l Ta l l e r
puertas abiertas a los curiosos
Experimental
de la Gráfica).
de otras latitudes, los “de
Te
r
m
ina tus pasos
afuera ” que llegan para
frente al Capitolio, designado
asombrarse, aquellos que se
kilometro
cero y joya histórica
han atrevido a sentir el sol
(olvida
tu
visita a Washington
intensamente. En la capital hay
D. C.). Detrás del edificio, otro
un poco de todo, pues ella en-
inmueble
se anuncia con su
tera es un must-see, reina entre
sello
en
la
puerta:
una fábrica de
los destinos turísticos que
tabacos, que no solo cuenta con
ofrece la República. En un día,
un
espacio para degustar,
con los zapatos más cómodos,
comprar
y entregarte a los puros
puedes caminar sus cinco
habanos, sino que además te
plazas principales, dígase, las
invita
a ser testigo de una
antiguas: empezando por la
jornada
de elaboración de este
Plaza del Cristo (donde tienes a Autos Clásicos, La Habana, Cuba.
producto insignia. Si quieres un
la vuelta de la esquina la tienda-
marca de ropa y accesorios más
It del momento, Clandestina);
luego sigue la Plaza Vieja
(bares, miradores, galerías, res-taurantes… he
aquí un circuito cerrado de placer sobre
adoquines); continúa hasta la Plaza San
Francisco de Asís (desde aquí el mar y los
cruceros de paso te saludan, también la estatua
del Cristo gigantesca que cuida la bahía con el
faro del Morro, pero tienes que cruzar el agua
para alcanzarlos); posteriormente asómate a la
Plaza de Armas (cuántas antigüedades te
El Capitolio, La Habana, Cuba.
rodearan entonces); y baja hasta la Plaza de la
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