PLATERO Y YO platero-y-yo-juan-ramon-jimenez | Page 21
Ahora, Platero, hay que hacer algo, que siempre no vas a estar de
holgazán.
Los otros burros te han estado mirando, libre y vago. Para que no
piensen mal de tí voy a cargarte de uva, te llevaré al lagar bien
despacio, por entre ellos... Luego nos iremos disimuladamente...
Que alegres las bodegas, Platero, la bodega del Diezmo...
Los bodegueros lavan, cantando, las botas, con un fresco, sonoro
y pesado cadeneo...
Y pasan los trasegadores, desnuda la pierna, con las jarras de mos-
to, vivas y espumeantes...
(Durante el diálogo anterior ha ido oscureciendo.
Ahora es noche cerrada. Sale la luna. Los niños
andan junto a Platero) (Pueden fingir que andan).
NIÑA.- La luna viene con nosotros, Platero, grande, redonda, pura.
NIÑO.- En los prados soñolientos se ven, vagamente, no sé qué cabras
negras entre las zarzamoras.
NIÑA.- Huele a naranjas...
NIÑO.- Las cañadas de Las Brujas...
NIÑA.- Platero, ¡qué frío!
NIÑO. Párate aquí, Platero, en este paraje tan solo.
NIÑA.- Parece que siempre hay alguien por aquí.
NIÑO.- De vuelta de los montes, los cazadores alargan por aquí el paso y
se suben por los vallados para ver más lejos.
Se dice que en sus correrías por este término, hacía aquí noche el
Parrales, el bandido.
NIÑA.-
NIÑO.-
Esta charca que solamente seca agosto, coge pedazos del cielo
verde, rosa...
(Platero trotando entre la charca)
NIÑA.- ¡Platero, que pisas la luna!
NIÑO.- ¡Que la haces pedazos!
- 46 -