PLATERO Y YO platero-y-yo-juan-ramon-jimenez | Page 16

PREGÓN DEL PANADERO ¡Calentito! ¡Doradito como el sol! ¡Doradito! ¡Pan, parapán, parapán! ¡Venid, niños! Ha llegado el panadero. Viene con la flor del trigo. ¡Pan, parapán, parapán...! ¡Calentito! SEGUNDA PARIE Cuando yo era niño dios, era Moguer, este pueblo, una blanca maravilla: la luz con el tiempo dentro. Cada casa era palacio y catedral cada templo; estaba todo en su sitio, lo de la tierra y el cielo. Y por esas viñas verdes saltaba yo con mi perro alegres como las nubes, como los vientos ligeros creyendo que el hori- zonte, era la raya del término. Yo me sentía muy chico, hormi- güito del desierto, con Concha la mandadera, toda de negro con negro, que, bajo el tórrido sol y por la calle de Enmedio, iba tirando doblada del niño dios, y su perro. (Suena corneta del PREGONERO) PREGONERO.- Todo can que transite por las andantes de esta noble ciudad de Moguer sin su correspondiente salomo o bozal, será pasado por las armas por los agentes de mi autoridad. NIÑO.- Eso quiere decir que hay perros rabiosos en el pueblo. NIÑA.- Ya ayer noche he estado oyendo tiros y más tiros. GRANADILLA.- No hay perros rabiosos. Es que nuestro alcalde, igual que el de antes, viste al tonto de fantasma para asustar, y así pasar el aguardiente. NIÑO.» ¿Y si cogen a la perra de Lobato?.