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dentro de la Amazonia brasileña, fruto de la deforestación. A pesar de su éxito, desde entonces la
industria ha seguido expandiéndose hasta incrementar la superficie de cultivos a 35.000 kilómetros
cuadrados. "La soja sigue siendo un considerable impulsor indirecto de la deforestación, pues los
ganaderos se trasladan a otras tierras, a menudo llenas de árboles, para reemplazar las que están
ahora siendo cultivadas con soja", explica el informe.
Preocupantemente, el ataque a la Amazonia es alentada por las políticas del presidente brasileño
Jair Bolsonaro, orientadas a destruir las áreas protegidas para el uso del agronegocio, sólo en julio
2019, se destruyeron 2.254 kilómetros cuadrados. El Instituto de Investigación Ambiental de la
Amazonia (IPAM) asegura que la temporada seca de este año ha sido menos severa que años
anteriores y, sin embargo, el número de incendios se ha multiplicado.
Una de sus primeras decisiones como presidente de Brasil, ha sido dejar sin competencias a la
Fundación Nacional del Indio (FUNAI), al asignar al Ministerio de Agricultura una de las principales
actividades ejecutadas por el órgano indigenista a lo largo de los últimos 30 años: la identificación,
delimitación y demarcación de tierras indígenas. Quedando el Ministerio de Agricultura dirigido por
la ministra Tereza Cristina Correa, líder de la bancada que defiende el agronegocio y diputada
federal por Mato Grosso del Sur.
La retirada de las demarcaciones de territorios indígenas del ámbito de la FUNAI profundiza en el
desmantelamiento de este organismo, creado
en 1967, para sustituir al Servicio de Protección
al Indio, SPI, que se fundara en 1910.
Estos datos, más que ser vistos
como ataques a una forma de
gobierno, debe ser tomado en cuenta
como problema que atañe a la
población mundial y las generaciones
venideras: El Amazonas se conoce como el
"pulmón del planeta" precisamente
porque es un importante absorbente de dióxido
Ganado pastando en Sorrisso, estado de Mato Grosso,
de carbono. Los árboles de la región amazónica
Brasil.
producen un porcentaje importante de la
7 de septiembre de 2011.
Paulo Whitaker / Reuters
cantidad total de oxígeno que hay en la
atmósfera, lo que les convierte en piezas clave para frenar el cambio climático y los efectos
devastadores del calentamiento global.
Por: Cecilia Perdigón
Noviembre de 2019
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