"EL PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS PIERDE CREDIBILIDAD"
En la final también estaban nuestros paralímpicos, ejemplo de superación donde los haya y, que además, están realizando una paraolimpiadas dignas de ver.
Los valores y la mentalidad que estos deportistas inspiran son algo tremendo. Cuando ellos compiten la admiración es máxima (aunque los medios se olviden de ellos).
Sin embargo, un galardón de este tipo, debería concederse exclusivamente por méritos deportivos.
Hace dos año ya lo ganó la “Roja” por su hazaña en el mundial y, creo, que no procede darles a Iker y Xavi este año el premio por varios motivos.
En primer lugar, el hecho de que hayamos estado en año olímpico, con todo lo que ha sucedido en diferentes modalidades, debería tenerse más en cuenta.
Otra razón podría ser que, quizás, parezca que al entregárselo sólo a ambos, los Iniesta, Alonso, Valdés, Ramos y demás no hubiesen movido ni un dedo para restablecer las relaciones.
Y por último, reiterándome un poco y, aunque el esfuerzo de ambos futbolistas fue de “chapeau”, esta distinción se llama “Premio Príncipe de Asturias de los Deportes”. De los deportes, no de la amistad.
Creo, sinceramente, que este premio ha perdido mucha credibilidad.
Una vez dicho esto, hay deportistas que, en mi opinión, son grandes merecedores de un premio de este calibre.
Uno de ellos es Usaint Bolt, al cual ya no saben cómo apodar; “el nieto del
viento”, “el hijo del viento” o, incluso, “el propio viento”.
El jamaicano ha dado una auténtica exhibición de velocidad en las Olimpiadas de Londres, batiendo además el récord olímpico, postulándose como el mejor velocista de todos los tiempos. Y, por otro lado, Michael Phelps. En estas olimpiadas, hemos podido presenciar uno de los récords que tardará años y años en superarse.
El de Baltimore, pues, se retiró de estos Juegos Olímpicos y de su carrera como profesional, con la impresionante cantidad de 22 medallas olímpicas y habiendo superado 37 récords mundiales de natación.
En mi modesta opinión, alguien que es el mayor medallista olímpico de la historia y que, precisamente, se retira como profesional este mismo año, debería ser, claramente, el mejor candidato para el premio Príncipe de Asturias de los Deportes y el reconocimiento que dicha distinción significa.