PLANETA DEPORTIVO Planeta Deportivo - Enero 2013 | 页面 38

La actividad física y el deporte están cada vez más arraigados en la práctica cotidiana de la sociedad moderna. Los hábitos deportivos no han dejado de extenderse en estos últimos años entre la población tanto masculina como femenina, aunque en esta no lo ha hecho con la suficiente intensidad como para acercarse a las tasas de práctica deportiva masculina.

Debido al bagaje sociocultural de la mayoría de las sociedades modernas, la mujer ha tenido una serie de barreras (culturales, étnicas,…) que le impedía participar en el deporte con total libertad. Como consecuencia de ello en los últimos tiempos, las autoridades han ido tomándose más en serio la práctica deportiva de las mujeres y por ello han aparecido, a diferentes niveles, leyes y resoluciones que regulan la práctica de actividad física para las mujeres (Ley de igualdad efectiva entre mujeres y hombres, Resolución del Parlamento europeo sobre las mujeres y el deporte), defendiendo el derecho de las mujeres a participar en la práctica deportiva, protegiéndolas, como grupo especial, de las discriminaciones sexistas.

Hoy por hoy sin embargo, España sigue a años luz de las grandes potencias europeas en la promoción del deporte femenino. Aunque es demasiado tarde como para utilizarlo como excusa, el desbarajuste que sufren las mujeres en la práctica del deporte tiene sus raíces en los largos años de dictadura franquista. Entonces, la actividad deportiva femenina en un primer momento no se incluyó como parte de los contenidos educativos de Educación Física Femenina (EFF). Un dato paradigmático de la situación es que el atletismo no fue considerado como ‘deporte apto’ para la mujer hasta 1961.

Con este legado, la democracia se encontró con el reto de aniquilar los estereotipos que vinculaban a la mujer de la práctica de ciertos deportes, como la gimnasia, y la alejaban de la práctica de deportes hasta ahora considerados masculinos como el fútbol o el balonmano. ¿Quién no ha escuchado por ejemplo aquello de que el fútbol es un deporte para hombres?

Entonces ¿Si se han producido avances por qué hoy todavía si comparamos el deporte masculino con el femenino, parece que vivan en épocas cronológicamente diferentes? ¿Qué sigue fallando?

Para empezar deberíamos diferenciar dos situaciones muy distintas: El deporte de promoción, de ocio, de formación o educativo y el deporte de alta competición o deporte profesional. En el deporte de base francamente, no creo que haya discriminaciones tangibles, los árbitros o entrenadores suelen ser los mismos, idénticos campos, competiciones también muy similares, etc.… Sin embargo, la inevitable comparación surge en el deporte-espectáculo de alta competición., donde si se encuentran diferencias abismales.

No deja de ser esto paradójico, cuando hace apenas unos meses se disputó el evento deportivo por excelencia a nivel mundial, los Juegos Olímpicos, donde cabría decir, viendo los resultados obtenidos, que las mujeres tiraron del carro de la delegación española.

De las 17 medallas, 11 fueron conseguidas por mujeres. En los primeros JJOO en que todas las delegaciones tenían presencia femenina con el 45% de la participación total, las españolas han rendido a un gran nivel, curiosamente superior al de los hombres. Pese a esto, una vez pasada la magia de los JJOO, el deporte femenino se ha topado de nuevo con su realidad, que no es otra que su invisibilidad.

No creo que generalmente podamos hablar de machismo, aunque si de cierta discriminación, que llega desde los medios de comunicación, las propias instituciones, y de todavía ciertas deficiencias culturales que se arrastran del pasado.

Los medios de comunicación por ejemplo tienen mucho que ver con este hecho.

Actualmente, el deporte que no genere

audiencia propia, apoyado por cifras millonarias de patrocinios, si quiere aparecer en un medio cualquiera (radio, televisión, prensa escrita…) debe hacerlo asumiendo los gastos de emisión o publicación. Un reciente estudio indicaba que en las páginas deportivas de los diarios de

¿Se puede llegar a equiparar el deporte femenino con el masculino?