Los estadios llenos, se dice, ganan partidos. La gente que paga lo hace. Pero el Sevilla-Betis de hace tres semanas registró una entrada aproximada del 87%, cuando la temporada pasada el Sánchez Pizjuán se llenó para acoger el derbi sevillano; el estadio del Getafe tiene capacidad para algo menos de 16.500 espectadores, pero ante el Barcelona apenas acudieron unos 13.000 y ante el Real Madrid, 8.000. Al Mallorca le ocurrió algo parecido cuando ha recibido a los dos grandes.
Si el Sánchez Pizjuán no se llena para el encuentro más intenso, si los equipos de Primera ya no cuelgan el cartel de “no hay billetes” con cada visita de Real Madrid y Barcelona, y si las gradas de muchos estadios están medio vacías, algo se pierde, razonan muchos aficionados.
La Liga de Fútbol Profesional (LFP), la asociación que integra a los 42 equipos de Primera y Segunda y que organiza las competiciones, no facilita los datos oficiales de asistencia a los estadios hasta el final de la primera vuelta, pues no los considera comparables con anteriores temporadas hasta el momento en el que todos los equipos se han enfrentado entre sí.
Pero las estimaciones que cada fin de semana realizan los medios y los datos que manejan los clubes muestran un descenso.
La afluencia media a los estadios de la primera categoría española durante la temporada pasada rozaba el 70%, mientras que las cifras que maneja la UEFA muestran que Alemania e Inglaterra superan en los últimos años el 90% de ocupación.
Los aficionados apuntan dos razones: la política de precios de los clubes y los horarios de los partidos, más dispersos que nunca, impredecibles y anunciados con una antelación aproximada de un mes.
Liébana: “Es una Liga tan bipolar que se sabe que ningún otro va a ganarla, e ir a ver al Madrid o al Barça al estadio de tu equipo es contemplar cómo te meten cinco goles. Hace poco dije que a la Liga le quedaban cinco años; ahora creo que no llegaremos”.
Es incomprensible que haya estadios vacíos y entradas a 40 euros. El precio lo marca la oferta y la demanda. El pasado abril se conoció que los clubes de Primera División debían cerca de 752 millones de euros a Hacienda y unos 3.500 millones al conjunto de acreedores.
También hay ejemplos, cada vez más, de clubes que capean el temporal con fórmulas alternativas para atraer al aficionado.
Osasuna ha establecido 10 rutas de autobuses para facilitar el acceso desde varios puntos de Navarra. Los socios suben gratis y quien no es abonado debe pagar 10 euros. Según Ángel Vizcay, gerente del club, unas 700 personas utilizan el servicio en cada partido. Los desempleados pueden acogerse a un descuento del 20% en el abono. Con todo, la asistencia media es “ligeramente inferior” a la temporada pasada y suele rondar los 15.000 espectadores en un estadio con capacidad para 19.800.
Otros clubes disponen de localidades a precio reducido para acompañantes. Y el Atlético, para el partido contra el Getafe, ofreció asientos a ocho euros para aquellos colombianos que se inscribieran en la embajada. 3.000 compatriotas se
"Estadios vacíos"