Llega dinero, sí, pero desmantela la base del equipo, la esencia del juego, que nuevamente tiene que ser reelaborada con nuevos conceptos, nuevos movimientos, en definitiva, unos jugadores diferentes que provocan la prolongación del proyecto deportivo.
El Arsenal de Wenger termina siendo un club vendedor, acosado por los grandes, ante la tardanza gunner en la consecución de resultados y donde el entrenador tiene buena parte de culpa.
Hasta tres temporadas se habló de la salida de Fàbregas pero no se invirtió en el club para que el salto de calidad diese resultados con títulos.
Si nos fijamos, las grandes inversiones del Arsenal se realizan cuando una gran estrella se había ido: los mencionados Gervinho y Chamberlain llegaron, con precios inflados probablemente, tras la venta de Fàbregas.
Pero puede haber luz al final del túnel porque la tendencia parece haber cambiado ya que la más que rumoreada salida de Van Persie, recién fichado por el Manchester United, significó adelantarse a los acontecimientos con los fichajes de Oliver Giroud, el siempre enigmático Podolski y el genio asturiano de Cazorla.
Esto sienta un precedente positivo para el aficionado gunner: jugadores contrastados, conocedores del fútbol de élite y con experiencia en los grandes torneos.
Además, la posible salida de Song hacia Can Barça posibilitaría la llegada de Nuri Sahin quien ya ha ganado título liguero en Alemania.
Podrían ser ejemplos de irregularidad como el de Arshavin pero conocemos más lo que Giroud, Cazorla o Sahin hacen en ligas más competitivas que la rusa ya que en Francia, España y Alemania el esfuerzo es más cercano a las grandes competiciones y más demostrable.
Wenger esta vez se ha adelantado a lo que iba a suceder y ha apuntalado su plantilla con precios reales; es su año definitivo, es el año en el que puede pasar de ser un club vendedor a otro que represente la maduración final de un proyecto que ya se alarga demasiado en el tiempo.
Esto significaría la presencia de jugadores contrastados, experimentados en duelos de alto nivel y valientes en la toma de decisiones, sobre todo en la Champions donde en el pasado pecaron de novatos.
Es la oportunidad de demostrar que el trabajo de scouting ha servido, que el Arsenal se cuenta entre los que optan realmente al título inglés y dentro de los pocos capaces de suceder al Chelsea en el trono continental. Es el momento de demostrar que “Arsène knows”. Empieza la Premier, empieza el show.
NICO REIN