Respecto de nuestra cultura, Pilar destacó que el argentino valora el encuentro, el mate, la sobremesa, el asado; otros países no los tienen. ¡Es recomendable propiciar el encuentro siempre! La Argentina es el único país de habla hispana que cuando hace una invitación se sobreentiende que la misma incluye a los chicos; en el resto de los países de habla hispana no es así. De los países de habla hispana, el niño argentino dice lo que siente; claro ejemplo: es el hijo de Pierri… En Argentina se valora a la gente grande, se ve a la gente mayor por la calle con alguna actividad. En general los chicos se han ido separando de los vínculos familiares, sobre todo de los abuelos, de los más viejos. Recordemos que son parte de nuestra historia; es bueno tener contacto con ellos.
Pilar Sordo se despidió con estas palabras: “Bailen, canten, ríanse a carcajadas, disfruten de la vida que tienen, abracen y digan a sus hijos que los aman. ¡Siempre estamos a tiempo! Aprendamos a reírnos de nuestros errores. Con la fuerza de voluntad de mejorar y corregir. Demos espacios de contención, seamos agradecidos de la vida, ¡disfrutemos con las personas que amamos!
También señaló: “Hay que tener la intención de cambiar y ejecutar, con sólo la intención no alcanza. ¡Con ternura, firmeza y claridad en nuestro comportamiento podemos educar!
Los padres no podemos cansarnos de ser padres, de transformar a nuestros hijos en las mejores personas, de pulirlos; aunque pulir muchas veces duela.
El equipo de Espiritualidad y Cultura entiende que muchas de estos conceptos y prácticas las conocemos bien. Creemos que es bueno recordarlas y escuchar a una especialista que está en constante diálogo con padres e hijos. Con la mayoría de los diálogos que relata en la presentación sentimos que Pilar “estaba metida en nuestras casas” por lo familiar que nos resultaba la escena. Al día siguiente de la presentación cada una de las personas que fuimos conversamos y dijimos que habíamos cambiado alguna actitud en casa. Eso que dicen que “no es de un día para otro” no se cumplió, sí fue de un día para otro. Estamos a tiempo, aunque la sociedad nos proponga otras prioridades. Depende de nosotros padres, porque nuestros hijos, aunque no parezca, nos miran y nuestro actuar no les resulta indiferente.
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¡Ser padres es una tarea maravillosa!
Para más información:
Pilar Sordo, No quiero crecer, editorial Planeta.