ANTI-TEO Vivir, pensar y saber en la realidad
intencionada mala fe en confundir políticas basadas en las luchas por el poder con una supuesta actividad realizada en nombre del ateísmo. Temas muy jugosos del que podríamos sacar muchas sorpresas inesperadas.
A diferencia de todo ello, pretendemos realizar más una exposición de la postura y convicción atea, que una crítica a las religiones, los teísmos o las teocracias. Naturalmente, surgirán críticas de este tipo, cuando sean oportunas y procedan, pero no es el enfoque prioritario que se pretende ofrecer en este texto. En las exposiciones que conocemos del ateísmo abundan los recorridos históricos, y menos las exposiciones teóricas. Tenemos como ejemplo el Curso Acelerado de Ateísmo de López Campillo y Juan Ignacio Ferreras, muy centrado en la historia cultural de las civilizaciones y cómo los dioses han seguido los criterios de sus respectivos pueblos, en un relato muy desenfadado; el Tratado de Ateología de Onfray que solo el primer capítulo trata sobre la“ ateología” y el ateísmo en sí, dedicándose en las siguientes líneas a la teocracia, los monoteísmos y el cristianismo; o ¿ Ha hecho contribuciones útiles la religión a la civilización? de Bertrand Russell, un magnífico ensayo, que no entra en un relato histórico, pero si en ciertos análisis sociales, psicológicos y culturales de la religión en su presente, que tampoco es el objeto que queremos abordar aquí. Existen otros casos donde, más que exponer las razones del ateísmo, se refutaba los argumentos religiosos, tal como vemos en Por qué no soy cristiano de Bertrand Russell, gran ensayo, pero que puede ser sostenido tanto por un ateo, un agnóstico e incluso algunos deístas. En cambio, nosotros tenemos más interés en presentar una visión del ateísmo y de su interpretación, partiendo de sí mismo, de sus razones, y no de lo que haya dicho o hecho la religión, salvo cuando sea oportuno. Existen algunos ejemplos que siguen una línea parecida a lo que pretendemos, pero se sitúan en otros tiempos y bajo otras inquietudes, por lo que nos ha parecido oportuno elaborar este ensayo.
Empezaremos con la idea de Dios, donde se entrará inevitablemente en hablar sobre su
desarrollo histórico, pero no tardaremos en pasarlo para entrar en las cuestiones teóricas, 8